Ciencia y sociedad

Indicios de actividad sísmica en la economía mundial

Mientras se desata una fiebre del oro en torno al hidrógeno natural, los gigantes financieros se retiran de la batalla climática

Wall Street cierra en plena actividad.

Wall Street cierra en plena actividad. / Efe.

Eduardo Martínez de la Fe

Eduardo Martínez de la Fe

Una nueva fiebre del oro se está desplegando en el mundo en torno al hidrógeno natural, al conocerse que hay reservas suficientes para atender la demanda potencial, mientras los cinco mayores gestores de activos del mundo se desmarcan de las inversiones sostenibles.

The Financial Times informa que se está abriendo la puerta a una nueva fiebre del oro. Se basa en un informe inédito del US Geological Survey según el cual hay hasta cinco billones de toneladas de hidrógeno natural bajo tierra, aunque el líder del proyecto, Geoffrey Ellis, añade que la mayor parte de este hidrógeno es probablemente inaccesible.

Pero esa no es la cuestión, porque solo una pequeña fracción de ese hidrógeno enterrado podría abastecer la demanda proyectada de hidrógeno de 500 millones de toneladas al año durante cientos de años, explicó Ellis la semana pasada en la reunión anual de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia celebrada en Denver.

Mejor que azul o verde: hidrógeno dorado

Esta previsión de Ellis adquiere una gran relevancia en un momento en el que la demanda mundial de combustibles fósiles -gasolina, diésel y querosenos- se estancará a partir de 2026, según estima la Agencia Internacional de la Energía (AIE) en su último informe.

El hidrógeno natural, que es al que se refiere Ellis, tiene ventajas sobre el hidrógeno producido industrialmente a partir de combustibles fósiles, como el gas natural, que emiten dióxido de carbono al ambiente.

FT lo llama hidrógeno dorado y destaca que sería más limpio y barato que el hidrógeno azul o verde. Esta es otra clave de la posible revolución energética en puertas, porque hasta ahora el hidrógeno verde es la opción preferida de las industrias renovables.

Sin embargo, aún no se ha demostrado que el hidrógeno natural pueda explotarse comercialmente a escala, en parte debido a que siempre parece estar mezclado con otros gases como el metano, del que será necesario separarlo, y en parte debido al tamaño de las reservas descubiertas hasta la fecha, advierte Hydrogen Insight. Ese es el término de la ecuación que ha cambiado.

Vuelco en Wall Street

Paralelamente a este revuelo en torno al hidrógeno natural, los cinco mayores gestores de activos del mundo han anunciado su retirada, total o parcial, de una coalición de inversores llamada Climate Action 100+ que desde 2017 presiona a las grandes empresas para que reduzcan sus emisiones contaminantes, argumentando presiones legales y políticas por parte funcionarios electos republicanos. Este gesto representa todo un vuelco en la estrategia de Wall Street de alejarse de las inversiones en la industria fósil.

El ambiente está muy revuelto, como resalta Político: las desviaciones de Climate Action 100+ resaltan los enormes desafíos para construir un mecanismo eficaz que alinee a los grandes actores financieros en la lucha contra el calentamiento global, explica la revista.

Y añade más leña al fuego: ninguna aseguradora estadounidense se ha unido a la Net-Zero Insurance Alliance. Y la Alianza Financiera de Glasgow para Net Zero se vio obligada a reducir su exigencia en 2022 de que sus miembros, entre los que se incluyen JP Morgan, Bank of America, Citigroup y Morgan Stanley, eliminaran progresivamente todos los combustibles fósiles.

Voladura controlada

La voladura del compromiso climático de las altas esferas es importante, pero controlada, ya que según Morgan Stanley, los inversores individuales a nivel mundial siguen interesados en la inversión sostenible (77%), y el 54% planea aumentar las inversiones sostenibles durante el próximo año.

Los gigantes financieros y las grandes aseguradoras no están en ese escenario, poniendo de manifiesto lo lejos que están de la realidad, aunque no todo se da por perdido: puede que Nueva York anuncie una gran desinversión en combustibles fósiles. Chicago también está demandando a las cinco petroleras más grandes del mundo, acusándolas de fraude y destrucción del cambio climático.

Cisma en la encrucijada energética

En cualquier caso, estamos asistiendo a dos procesos paralelos y paradójicos que tendrán gran repercusión en la economía mundial, dividida por un lado entre los que apuestan por nuevos horizontes energéticos, como los que puede aportar el hidrógeno natural, y por otro lado por los que se resisten a abandonar los combustibles fósiles, obviando la catástrofe planetaria que conlleva esta apuesta.