La Tierra, tal como la conocemos hoy, es el resultado de un proceso constante de evolución geológica desarrollado durante 4.500 millones de años. Hace unos 3.500 millones de años, ni siquiera existían los continentes.

Una vez formados, los continentes nunca han sido fijos o estables, sino que han sido desplazados por corrientes derivadas de su calor interno, al mismo tiempo que la dinámica de las placas tectónicas ha transformado la superficie del planeta.

Los continentes actuales derivan de Pangea, un gran supercontinente que existió al final de la era Paleozoica y comienzos de la era Mesozoica, agrupando la mayor parte de las tierras emergidas del planeta.

Sin embargo, hace unos 175 millones de años, de una forma progresiva y lenta, esa gran masa se fue rompiendo en distintas porciones y dio lugar a las masas continentales que hoy conocemos.

Deriva continental

Deriva continental La deriva continental no se ha detenido: las placas tectónicas se mueven en la actualidad hasta 30 milímetros por año, por lo que podemos anticipar que, dentro de unos 50 millones de años, África se partirá y California terminará separada de América del Norte.

Otra dinámica continental se deriva del movimiento de las placas, que no es lineal, sino también rotatorio, por lo que en algún momento América del Sur terminará boca abajo, respecto a cómo está hoy.

Incluso es posible que, dentro de 250 millones de años, todos los continentes vuelvan a reunirse y formar una nueva Pangea. Se cree que cada cierta cantidad de millones de años los continentes se unen para formar un supercontinente.

Reescribiendo la historia

Reescribiendo la historia A pesar de lo que ya conocemos, los continentes siguen todavía rodeados de misterios: todavía se discute cuántos continentes hay realmente en el planeta, que según diferentes teorías oscilan entre los cinco y los siete.

Además, los continentes presentan relieves diferentes, así como rocas de diferente composición y antigüedad, que hacen complejo su estudio por su heterogeneidad.

Un nuevo estudio, desarrollado por Marion Garçon, investigadora de la Universidad Clermont Auvergne en Francia, arroja nueva luz sobre el misterio que rodea a los continentes.

Estudió una recopilación de datos sobre rocas sedimentarias de 3.700 millones de años de antigüedad hasta la actualidad, y desarrolló una nueva perspectiva sobre el registro de las rocas que se forman por acumulación de sedimentos.

Modelos en cuestión

Modelos en cuestión Gracias a este nuevo estudio, Garçon pudo obtener dos conclusiones que cuestionan ciertos modelos y teorías sobre la formación de los continentes.

La primera conclusión es que los continentes siempre han sido ricos en sílice, un compuesto químico que se forma de la combinación de silicio y el oxígeno: es el más abundante en la corteza de la tierra.

La nueva investigación ha podido determinar que la sílice constituye en promedio el 67% de la masa de los continentes y que nunca ha caído por debajo del 60% durante toda la historia de la Tierra.

Este primer descubrimiento contradice los modelos que dicen que los continentes eran bastante pobres en sílice y ricos en hierro y magnesio al comienzo de la historia de la Tierra, según se explica en un comunicado.

Episodios traumáticos

Episodios traumáticos Otra constatación de esta investigación es que la formación de continentes no ha sido ni será un proceso continuo, sino salpicado de episodios.

La reelaboración de la corteza preexistente fue un proceso omnipresente durante la mayor parte de la historia de la Tierra, pero se pueden identificar al menos seis períodos de crecimiento continental cada 500 a 700 millones de años, escribe la autora en su artículo.

Según la autora de esta nueva investigación, esos eventos, que en los últimos 3.700 millones de años permitieron que los continentes crecieran hasta alcanzar el tamaño actual, podrían estar vinculados a los ciclos de ensamblaje y desmantelamiento de supercontinentes como Pangea, el más conocido de ellos.

Referencia

Referencia Episodic growth of felsic continents in the past 3.7 Ga. Marion Garçon. Science Advances, 22 Sep 2021, Vol 7, Issue 39. DOI:10.1126/sciadv.abj1807

Foto superior: Límite entre las placas tectónicas de Eurasia y Norteamérica, Suðurnes, Islandia. Diego Delso. CC BY-SA 4.0.