El estallido de la burbuja inmobiliaria ha dejado secuelas en un pequeño pueblo irlandés, donde la prosperidad de los últimos años ha dado paso a urbanizaciones fantasma, desempleo y desesperación. La quiebra de la constructora local, el asesinato de Frank Mahon, viejo malhumorado y de lengua viperina, y el secuestro del pequeño Dylan han conmocionado a los vecinos de esta población.