Investigadores de Criminalística de la Guardia Civil examinan la secadora donde murió el niño de cuatro años en Magaluf

La tía del niño, de 17 años, se quedó dormida acurrucada junto a su sobrino en el sofá, pero este se despertó y tuvo la ocurrencia de meterse en el electrodoméstico, con fatales consecuencias, para darle una sorpresa

Edificio Porto Cristo de s'Olivera, donde falleció el niño de cuatro años en una secadora.

Edificio Porto Cristo de s'Olivera, donde falleció el niño de cuatro años en una secadora. / JUAN LUIS IGLESIAS

Lorenzo Marina

Lorenzo Marina

Investigadores de Criminalística de la Guardia Civil han analizado al detalle la secadora del edificio de Magaluf donde falleció asfixiado el jueves un niño de cuatro años, tras meterse allí cuando jugaba al escondite. Los expertos del instituto armado han tratado de establecer cómo fue la secuencia desde que el niño se introdujo hasta que falleció en el interior del electrodoméstico.

En la mañana de este viernes, un dispositivo de la Policía Judicial de la Guardia Civil se ha desplazado hasta el edificio Porto Cristo de la avenida de s'Olivera de Magaluf. Mientras los agentes de Criminalística se han centrado en examinar detenidamente la secadora donde falleció el niño de corta edad, los otros efectivos de la Policía Judicial han tomado declaración a los familiares del pequeño. La muerte del menor ha dejado tremendamente consternada a la familia. Hasta el punto de que han tenido que recibir apoyo psicológico para sobrellevar la muerte del menor de corta edad.

Los investigadores han centrado sus pesquisas en el testimonio de la abuela y, sobre todo, de la tía del niño. Eran las dos personas que se encontraban con el menor cuando se produjo el trágico accidente doméstico. El pequeño se había quedado jugando en casa, ya que el jueves era un día sin clase en el colegio.

Las pesquisas de los expertos del instituto armado se han centrado, sobre todo, en escudriñar el comportamiento de la tía del pequeño para establecer la secuencia de los hechos. En un principio se trató eterminar si pudiera haber incurrido en algún hecho delictivo culposo, no intencionado, por supuesta dejación de vigilancia del niño. No obstante este extremo quedó descartado. La joven tía del pequeño, de 17 años, se había quedado dormida acurrucada junto a su sobrino cuando estaba al cuidado del menor y fue la abuela, cuando regresó de hacer una breve salida, la que la despertó.

La consternación se había instalado también en el entorno de esta familia de Magaluf. Tanto allegados como desconocidos se hacían cargo de la enorme tragedia que suponía la muerte del niño de cuatro años en un accidente doméstico.

El escondite, su juego favorito

El accidente ocurrió sobre las 11.30 horas del jueves. El pequeño no tenía clase y se quedó en casa. Allí se dedicó a poner en práctica su juego favorito: el escondite. La abuela y la tía habían quedado en el domicilio para cuidar de él.

En un momento dado, la abuela se marchó del lugar. La tía, también menor de edad, se quedó a solas con su sobrino, ambos se quedaron dormidos juntos acurrucados en el sofá, pero este se despertó y desapareció mientras ella se quedó dormida. Al parecer el pequeño quería dar una sorpresa a su joven tía y tuvo la ocurrencia de meterse en la secadora para que no le encontraran, pero el portón se cerró y no encontró la forma de salir. Cuando regresó la abuela, despertó a la otra familiar. El pequeño no aparecía por ningún rincón. Cuando miraron en el electrodoméstico, realizaron el trágico hallazgo del niño.

Tras avisar a las asistencias sanitarias del Ib-salut, los facultativos no pudieron hacer nada por su vida y certificaron su fallecimiento. También se activó el servicio psicológico para que atendiera a la familia. Los especialistas se centraron en atender a la joven tía del niño, que estaba completamente desolada. El forense del juzgado de guardia ya dictaminó que la muerte del pequeño era compatible con la asfixia. El cuerpo fue trasladado al instituto de Medicina Legal para realizarle la autopsia.