Detenidos dos okupas en Palma por forzar la puerta de una vivienda para instalarse allí

Los dos intrusos aseguraron a la Policía Nacional que habían pagado previamente a una persona, que les facilitó la ubicación del inmueble

Patrullero de la Policía Nacional.

Patrullero de la Policía Nacional. / POLICIA NACIONAL

Lorenzo Marina

Lorenzo Marina

Dos okupas forzaron la puerta de un inmueble del barrio de Pere Garau, en Palma, para instalarse allí. Agentes de la Policía Nacional detuvieron a estos dos hombres, un guineano y un senegalés de 32 y 38 años, por un presunto delito de daños y de usurpación de uso. En el momento de su arresto ambos aseguraron a los policías que habían pagado a un individuo que les facilitó la ubicación de este inmueble vacío.

Los hechos ocurrieron a mediodía del pasado lunes en el barrio palmesano de Pere Garau. Una requirente alertó en una llamada al 091 que en el día anterior habían podido entrar en la vivienda sin ningún problema. A continuación la dejaron correctamente cerrada con una puerta antiokupación. Un vecino la avisó esa mañana de que dicha puerta había resultado dañada. De hecho observó destrozos en esta y en sus cerraduras.

Agentes de la Policía Nacional realizaron múltiples llamadas sin que nadie les respondiera. Finalmente, un cerrajero procedió a la apertura de la puerta. Tras realizar una inspección, los policías hallaron a uno de los okupas tumbado en un sofá. Mientras que el otro se escondió detrás de una puerta. Entre las pertenencias de estos dos individuos los policías encontraron una pistola simulada, un destornillador y tres candados. También hallaron una cartera con una tarjeta a nombre de otra persona. Acto seguido, ambos fueron detenidos por los presuntos delitos de daños y de usurpación. A uno de ellos le constaba una orden judicial de búsqueda, detención y personación. En el momento de su arresto, los dos sujetos afirmaron que habían pagado previamente a un sujeto, que les señaló la ubicación del inmueble vacío.

Vuelta a las andadas al día siguiente

Al día siguiente, el martes 23, una llamada al 091 alertaba de que había alguien en el interior de una vivienda. Una patrulla policial se desplazó hasta el lugar. Al llegar a las proximidades, los agentes observaron cómo un individuo con las características señaladas se introducía en un vehículo. En el interior había otras personas y le dieron el alto. Se trataba uno de los dos hombres arrestados el día anterior.

El sospechoso tenía polvo blanco en su ropa. Este manifestó a los policías que había entrado en la vivienda, situada en un segundo piso, a través de la ventana. También indicó que había llegado hasta allí trepando hasta introducirse en la cocina.

Los agentes comprobaron que la puerta antiokupación de esta vivienda se encontraba perfectamente cerrada. Tampoco presentaba daños aparentes. El responsable del inmueble se personó poco después en el lugar y aseguró a los policías que ya habían tratado de entrar allí el día anterior. De hecho rompieron las cámaras de videovigilancia y el cristal de una puerta de aluminio. A tenor de estos daños, este sujeto fue detenido de nuevo. A los dos arrestados, les constan numerosos antecedentes policiales.