La Audiencia Provincial de Palma ha condenado a siete años y nueve meses de cárcel a un hombre que desembarcó en Mallorca con 13 kilos de cocaína de gran pureza. La droga fue interceptada por la Guardia Civil hace ahora un año en un control en el Port d’Alcúdia. Los agentes hallaron los estupefacientes, valorados en 1,3 millones de euros y destinados a traficantes de la isla, en un doble fondo del vehículo en el que viajaba el acusado. Además, comprobaron que tanto su carta de identidad como el carné de conducir eran fraudulentos, por lo que además de un delito contra la salud pública la sentencia le declara autor de un delito de falsedad documental.

El acusado, belga de 67 años, llegó al Port d’Alcúdia a las cinco de la madrugada del 2 de octubre de 2020 en un ferri procedente de Barcelona. El acusado desembarcó al volante de un Volkswagen Tiguan y se topó con un control de la Guardia Civil cuando iba a salir del puerto. Los agentes, acompañados por un perro especializado en la detección de drogas, inspeccionaron el vehículo. El animal señaló que en el automóvil había estupefacientes.

Los investigadores tuvieron que emplearse a fondo para dar con ellos. Tras examinar a conciencia el coche, encontraron un doble fondo bajo la palanca del cambio de marchas. Dentro había trece paquetes con un kilo de cocaína cada uno. Los análisis posteriores demostraron que tenía una pureza del 77 por ciento.

El conductor del vehículo fue detenido de inmediato. Llevaba tres teléfonos de alta gama, dos dispositivos GPS y 1.400 euros. El hombre se identificó con una carta de identidad y un carné de conductor belgas, que fueron cotejados con las autoridades de aquel país. Las pesquisas demostraron que se trataba de documentos falsificados, según refleja la sentencia de la Audiencia.

El traficante fue encarcelado el mismo día de su detención por orden judicial. La fiscalía le imputó un delito de contra la salud pública y otro de falsedad en documento oficial, por los que reclamó diez años y nueve meses de cárcel en total.

El acusado fue juzgado hace unas semanas por la sección primera de la Audiencia Provincial, donde su abogado, Carlos Portalo, y la fiscal alcanzaron un acuerdo de conformidad. El ministerio público rebajó su petición a siete años y nueve meses de prisión y el procesado se conformó con esta pena tras reconocer los hechos ante el tribunal. La sentencia le impone además una multa de tres millones de euros.

El alijo, uno de los más importantes decomisados en los últimos años en Mallorca, llevó a la Guardia Civil a abrir una investigación sobre el destino de la droga.

El GPS, clave paraidentificar a los destinatarios

La Guardia Civil encontró en uno de los dispositivos GPS intervenidos al acusado una dirección de Mallorca donde según parece debía entregar la droga. A esta pista se une el análisis de los teléfonos móviles, en los que se hallaron diversas llamadas efectuadas al acusado para dirigir la entrega del alijo. Estas evidencias han desembocado en una investigación contra una importante banda de narcos de la isla.