Delincuencia

Tráfico de armas en el Guadalhorce: el maestro, el coleccionista del III Reich y el intermediario

Windried, el armero del grupo, tenía un taller en su casa de Coín, mientras que su compatriota le ayudaba y contaba con una cochera en Alhaurín el Grande en la que almacenaban las armas como paso previo a la distribución

Parte de la colección hallada en la casa de uno de los procesados.

Parte de la colección hallada en la casa de uno de los procesados. / L. O.

Diecisiete años y nueve meses de cárcel para cada uno. Esta es la petición de la Fiscalía de Málaga para los dos ciudadanos alemanes detenidos en 2020 por presuntamente liderar una trama de tráfico de armas que distribuían a otros grupos criminales de la Costa del Sol y Campo de Gibraltar. Ambos se enfrentan a 10 años por un delito de tráfico, depósito y fabricación de armas de guerra y municiones; otros 6 años por tenencia de explosivos; y un año y nueve meses más por pertenencia a organización criminal. En la operación Nongreta, que supuso el desmantelamiento de un arsenal de 160 armas, incluidos fusiles AK-45, subfusiles y hasta una granada anticarro, también fue detenido un británico para el que piden 15 años y medio de prisión. En este caso, comparte la petición fiscal por el primer y último delito de sus compañeros y se añaden dos años y nueve meses de prisión por falsedad de documento público y dos más por cultivar marihuana en su casa.

Winfried O.W. se le concede el "papel de armero" del grupo. Hasta el momento de su detención parecía un jubilado extranjero más en Coín, pero tenía una orden de arresto vigente por un arsenal encontrado en su país. La Fiscalía española le atribuye los principales conocimientos técnicos sobre la fabricación y ensamblaje de las armas. El maestro. El escrito de acusación también le asigna "la tarea esencial de suministrar las armas de fuego al resto del entramado, con el fin último de que fuesen distribuidas". En ocasiones, esta función incluía el eliminado de los números de serie para que no pudiesen ser rastreadas. Sin licencia de armas válida en España, se le acusa de adquirir armas inutilizadas y piezas para posteriormente rehabilitarlas. La investigación estima que, entre 2013 y 2019, Winfried habría comprado medio centenar de revólveres de las marcas Astra y Lama inutilizados en 1998 en una armería de Sevilla y piezas para este tipo de armas cortas en otro establecimiento de Málaga capital a lo largo de 2018. Por internet, se calcula que, únicamente con el seudónimo Firepoint10, llegó a realizar más de 200 transacciones desde 2019 en un portal de compraventa de armas, incluyendo armazones de subfusiles UZI y portacerrojos de fusiles de asalto AK-47.

Para el montaje, el fiscal detalla el taller clandestino que el acusado tenía en su casa de Coín, con maquinaria específica como tornos, equipos de soldadura y taladros. Allí, destaca el escrito, "rehabilitaba y modificaba las armas e incluso fabricaba piezas de forma artesanal, acudiendo en ocasiones a diversas empresas de maquinaria y herramientas industriales para realizar operaciones para las que él no dispusiera de medios", como la fabricación de correderas o incluso cañones de armas consideradas de guerra como el AK-47. Sólo en su domicilio había 20 barras de cañón en bruto con estrías, 15 cañones artesanales para AK-47, 24 cañones semielaborados de pistolas Walther, 18 cañones de distintas armas, un cañón semielaborado de una pistola Glock y otras piezas como cachas, mecanismos de disparo, muelles y pasadores. También se intervinieron 945 euros procedentes de esta actividad, ocho teléfonos y numerosa documentación relacionada con armas, su despiece y montado, así como listados de establecimientos de venta de las mismas.

Algunas de las armas de guerra intervenidas.

Algunas de las armas de guerra intervenidas. / L.O.

Tilo K., al que la Guardia Civil vinculó tras su detención a colectivos de extrema derecha y a movimientos nazis, está acusado de adquirir para su compañero piezas y armas inutilizadas, aunque también de fabricar elementos esenciales y almacenarlas junto a munición en su vivienda y en un garaje de Alhaurín el Grande, este último compartido con su socio. Esta distribución, según el Ministerio Fiscal, la hacía de forma directa y también a través de intermediarios, entre ellos el tercer procesado. Desde 2019, la investigación le asigna a Tilo compras online de piezas y cargadores de fusiles AK-47 y Skorpion y subfusiles UZI, modelos considerados todos armas de guerra en España, así como cachas de revólveres Llama y Astra adquiridos y rehabilitados por el armero. El escrito también lo sitúa en las visitas a las empresas en las que buscaban apoyo técnico. En su casa de Alhaurín el Grande, la Guardia Civil encontró documentación relacionada con el tráfico de armas, una pistola Beretta con el número de serie borrado, una Glock a su nombre con el culatín modificado, 585 cartuchos de distintos calibres, dos pistolas inutilizadas y una corredera artesanal para una Glock 17. En el garaje que ambos compartían había 120 armas cortas (81 pistolas y 39 revólveres) metidas en bolsas, 17 AK-47, un fusil de asalto ametrallado ColtM16, un fusil de asalto STG44, 7 subfusiles (4 UZIS), 6 fusiles y 2 carabinas, 8 silenciadores, 8.728 cartuchos, cientos de piezas de distintas armas y marcas, 273 cargadores y 9 estuches. También había una granada de mortero de carga hueca activa, un arma que se describe como una cabeza explosiva de un lanzagranadas Panzerfaust, de unos cien metros de alcance y en perfecto estado de funcionamiento pese a proceder de la II Guerra Mundial. No obstante, contenía 1.600 gramos de explosivo exógeno y tolita, por lo que la granada anticarro tuvo que ser detonada por los Tedax. En una de las estancias de su casa, los agentes encontraron una especie de museo con todo tipo de objetos, uniformes y banderas de temática nazi.

‘Medallas’

Para la Fiscalía, el británico James V.C., el tercer acusado, actuaba como subordinado de Tilo y su función era distribuir las armas rehabilitadas. Durante la investigación, ambos habrían negociado, ya sea juntos o por separado, la venta de al menos 224 ‘medals’ (medallas en inglés), como el escrito asegura que llamaban de forma encubierta a las armas. La investigación incluso documentó una transacción en el centro comercial La Trocha de Coín. En su casa tenía "grandes cantidades de munición" y una pistola de fuego de la marca Springfield modificada para eliminar su número de serie. Los agentes también encontraron tres pasaportes falsos y destaparon un gran cultivo indoor que tenía en su domicilio. Además de toda la maquinaria para su producción, contabilizaron dos bolsas con 606,6 gramos y 11 gramos, respectivamente (pesos netos), de marihuana valorada en 3.143 euros.