Investigación en Vigo

La víctima del crimen de la maleta tenía 60 años y había sufrido violencia machista por parte de dos parejas

Carmen Bento Domínguez nació en Celanova pero vivía en Vigo

Aunque estaba alojada con O Chioleiro en el piso de Fragoso, el caso no se considera por ahora violencia de género

La entrada del piso donde residieron O Chioleiro y la víctima del crimen de la maleta.

La entrada del piso donde residieron O Chioleiro y la víctima del crimen de la maleta. / FDV

Marta Fontán

Con José Manuel Durán González ya en prisión como presunto autor del crimen de la maleta y tras los indicios en su contra recabados por la Policía Nacional en esta compleja investigación de resolución finalmente exitosa, ahora queda por delante una instrucción judicial que, pese a la vertiginosa sucesión de averiguaciones y acontecimientos de los últimos días que derivaron en la detención del supuesto asesino, está todavía en sus primeros compases.

El pasado jueves, el mismo día en el que el sospechoso fue detenido, los agentes recibieron también los resultados de las pruebas científicas de identificación que confirmaron que la víctima es la misma mujer que compartió habitación con O Chioleiro en el piso de alquiler de la avenida de Fragoso situado en las inmediaciones de donde se halló el cadáver dentro de la maleta.

Se trata de María del Carmen Bento Domínguez, una mujer de 60 años de edad natural de la parroquia de Santa Eufemia de Milmanda, en Celanova, si bien llevaba ya muchos años en Vigo y al menos desde hacía tiempo en situación de riesgo de exclusión social. Este caso no tiene la consideración al menos por ahora de crimen de violencia de género, si bien esta mujer sí había sufrido violencia machista por parte de otros dos hombres con los que sí se acreditó relación sentimental: una de esas denuncias se remonta a 2008 y la otra es más reciente, de 2023, el mismo año en el que, aparentemente en septiembre según la reconstrucción realizada por los investigadores, O Chioleiro supuestamente la mató de una certera puñalada en el corazón ocultando a continuación su cuerpo y abandonándolo en un solar con vegetación en el interior de la valija.

En un caso todavía rodeado de un gran mutismo, el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) sí confirmó ayer que “por el momento” no tiene la consideración de violencia de género. Eso supone que la causa no pasará a manos del Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Vigo, el competente cuando a víctima y agresor les une o unió un vínculo sentimental, y seguirá siendo instruida por el Juzgado de Instrucción número 4 que la dirigió desde el principio, el mismo que estaba de guardia cuando el 22 de febrero fue hallada la maleta en Espedrigada con el cadáver en avanzado estado de descomposición en su interior.

La investigación policial constató que José Manuel y Carmen estuvieron alojados juntos en el piso de alquiler por habitaciones ubicado en la quinta planta del 83 de Fragoso, pero, a la vista de la información facilitada ayer no se habrían recabado al menos a día de hoy indicios de que a ambos les uniese, a mayores, una relación de pareja.

VioGén

El nombre de la víctima sí constaba en las bases de datos policiales y concretamente también en el Sistema VioGén (Sistema de Seguimiento Integral de los Casos de Violencia de Género) ya que le constaban dos casos de presunto maltrato que esta mujer habría sufrido por parte de dos hombres con los que sí había un vínculo sentimental: una de estas denuncias se remonta a hace ya 15 años, a 2008, y la otro era más reciente, de este pasado 2023, si bien, al parecer, no le constaría ninguna medida de protección vigente. Cuando estuvo alojada en el piso de Fragoso los vecinos la recuerdan muy demacrada, desmejorada y la vincularon con la toxicomanía. “Se veía que había tenido una vida difícil”, describieron sobre ella.

En relación con este caso el subdelegado del Gobierno en Pontevedra, Abel Losada, que destacó el “magnífico trabajo” de la Policía Nacional, agradeció ayer la “colaboración ciudadana del entorno del barrio” donde se halló el cuerpo, ya que el testimonio de unos vecinos “dirigió un poco en los momentos iniciales una investigación atípica en origen”. Esta alerta se dio al recordarse en la zona el fuerte hedor en el edificio en septiembre pasado y vincularlo con una pareja mayor que se alojó dicho verano en la pensión –ahora se sabe que eran O Chioleiro y la víctima– en la que la mujer desapareció días después mientras que el hombre continuó alojado unos meses. La Policía Local llegó a ir a esa dirección el 28 de septiembre por el mal olor, si bien en la pensión lo vincularon con unas heces.

Un caso en el que serán claves las pruebas de ADN

La presencia de sangre en la habitación del piso de la avenida de Fragoso de Vigo objeto de la entrada y registro realizada la pasada semana ubicaría allí el escenario del crimen. Tras la exhaustiva inspección de dicha vivienda y la recabación de muestras por parte de los agentes de la Brigada Científica de la comisaría viguesa que trabajaron en el caso junto a los de la Policía Judicial, ahora será el turno de que dichos indicios sean analizados a conciencia en busca principalmente de restos de ADN, una de las pruebas capitales en todo homicidio.

Junto a otras evidencias que no trascendieron, los agentes se llevaron para su posterior estudio un colchón en el que se encontraron restos de sangre. Y si hay una pieza de convicción que resulta clave de cara también a tratar de encontrar restos genéticos o huellas dactilares esa es sin duda la maleta en la que estaba el cadáver. Tanto la valija como los plásticos en la que estaba envuelta serán también procesados de cara a encontrar pruebas de cargo en este caso que por el momento se sigue por la presunta autoría de un delito de homicidio o asesinato, a concretar en el transcurso de la instrucción judicial.

O Chioleiro ingresó en A Lama a última hora del viernes. Condenado en el pasado por matar en 1988 a su abuela y en 2004 a una amiga, quienes lo han visto ahora afirman que está muy envejecido y un tanto desaliñado. Y, como en el pasado, ansioso por fumar. De 66 años en la actualidad, pasó más de la mitad de su vida entre rejas por su historial criminal.

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