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Gabriel Amaya ‘El Ove’ saluda con el pulgar en alto en una anterior puesta a disposición judicial tras una detención.GUILLEM BOSCH

El cerco se cierra en torno a ‘El Ove’

El cabecilla del clan de Los Bizcos podría verse obligado a entregarse

La espectacular redada del pasado viernes en una operación conjunta de Policía Nacional y Guardia Civil ha tenido un resultado devastador para el clan de ‘El Ove’. La actuación en Son Banya y en otros puntos de venta en Son Ferriol, Inca y Llucmajor ha abocado a la asfixia financiera al clan, algunos integrantes ya habían sido condenados por blanqueo. Ante tal situación peliaguda, Gabriel Amaya ‘El Ove’, cabeza visible del clan que lleva su nombre y de ‘Los Bizcos’ podría verse forzado a entregarse. Eso si no es detenido antes.

La sincronización de los efectivos de Policía Nacional y de Guardia Civil la tarde del viernes -en la fase de explotación de la conjunción de las operación Atlántida y XGémina- fue total. A las cinco de la tarde, un sol de justicia caía a plomo en el conflictivo asentamiento.

Un dron utilizado en la redada para otear el poblado desde el aire.

No obstante, los investigadores eran sabedores de que muchos de los puntos de venta tendrían abiertas las puertas la tarde del viernes de cara a la venta de estupefacientes a los consumidores de fin de semana. Esta circunstancia fue aprovechada para que numerosos coches camuflados entraran y se repartieran por las callejuelas del asentamiento sin despertar sospechas.

Muchos de estos puntos de venta habían abierto las puertas y otros contiguos estaban cerrados con llave. Los investigadores del Grupo de Crimen Organizado de la Policía Nacional y del Equipo de Policía Judicial de Algaida sabían de antemano cuáles eran los lugares donde se dispensaba la droga. Tras asegurarlos, las fuerzas de choque con antidisturbios y Unidad de Prevención y Reacción entraron tras ellos y tomaron las calles. Mientras tanto, efectivos de Unidad de Seguridad Ciudadana de la Comandancia (Usecic) y los agentes del Grupo de Reserva de Seguridad (GRS) controlaban los accesos.

La intervención fue fulminante. Según algunas fuerzas actuantes consultadas, «en apenas un minuto el trabajo estaba hecho. De haber tardado más, los narcos podrían haber tirado la droga por el retrete», precisaron.

Agentes de Policía Nacional y Guardia Civil en uno de los registros.

Sin tiempo de reacción

Los narcos, esta vez, no tuvieron la menor oportunidad de reacción. Los puntos de venta estaban dispuestos para la venta de droga, así se presumía, de cara al fin de semana. Cocaína en roca y el dinero en billetes arrugados todavía se encontraban en sus dependencias. Tras el recuento esta suma encontrada ascendió a 120.000 euros.

Sin embargo, la gran sorpresa la deparó la irrupción en una de las infraviviendas del poblado. El interior había sido habilitado para la instalación de una plantación de marihuana con todo lujo de sofisticados aparatos para favorecer su rápido crecimiento. Por supuesto mantenido con enganches ilegales a la red eléctrica.

En la mañana de este lunes está previsto está previsto que los 18 detenidos en la redada del pasado viernes en Son Banya, 15 hombres y tres mujeres, sean puestos a disposición judicial. Efectivos de la Guardia Civil y de la Policía Nacional realizarán las conducciones. Para evitar incidentes, se reforzará la seguridad en los Juzgados de Vía Alemania.

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