El turista norirlandés fallecido por la patada recibida en la cabeza en abril de 2018 en Magaluf estuvo dos horas deambulando por la zona tras ser agredido a las puertas de un pub, según consta en el sumario judicial. El hombre recibió una primera asistencia sanitaria, pero no fue trasladado al hospital hasta que una nueva llamada alertó de que yacía inconsciente en el suelo. Murió cuatro días después por las graves lesiones sufridas. El acusado del crimen volvió a insistir ayer durante el juicio en su inocencia y aseguró que se sintió «conmocionado» por lo ocurrido pero «aliviado» al ver que la víctima se marchaba por su propio pie y «bien» tras el «incidente» que tuvieron.
El sospechoso, empleado del pub, explicó que nunca había tenido ningún altercado similar en los 12 años que llevaba trabajando en la zona. En un vídeo grabado en la oficina del negocio justo después de la agresión, exhibido ayer en el juicio, aparecen el acusado y el encargado del local, imputado por encubrirle, haciendo el gesto de una patada. «Él me contó que le habían confundido» con el autor de la agresión, justificó. El sospechoso restó importancia al hecho de que se cambiara dos veces de gorra en los minutos posteriores.
Desde Irlanda y a través de videoconferencia el padre y la expareja de la víctima, Aaron Henderson, que tenía 30 años, explicaron que el joven mantenía económicamente a sus dos hijos. «Nadie podrá devolverme a mi hijo», sentenció el padre durante su declaración. El juicio continúa hoy.