Un preso ha sido condenado hoy a dos años y medio de cárcel por la muerte de un policía al que atacó cuando estaba recluido en el hospital Son Espases, en Palma. El agente, José Mota Barea, falleció dos años después de la agresión al agravarse las enfermedades que padecía. El acusado se ha declarado autor de delitos de homicidio imprudente, atentado, lesiones y quebrantamiento de condena con la atenuante de enajenación mental, ya que sufre un trastorno psíquico. El juicio se ha celebrado para dirimir la responsabilidad civil de 60.000 euros que debe recibir el hijo del funcionario, ya que ni Son Espases ni la Dirección General de la Policía quieren asumirla.

Los hechos ocurrieron el 28 de agosto de 2015. El condenado, un senegalés de 36 años, cumplía condena por varios delitos y llevaba una semana ingresado en Son Espases al sufrir una descompensación de la psicosis esquizofrénica que padece. El hombre trató de fugarse del centro hospitalario atacando a una enfermera, a la que agarró del cuello y tomó como rehén. «Como no me dejes salir, la mato», espetó a José Mota, que estaba custodiando la unidad de detenidos. El policía forcejeó con él y logró liberar a la sanitaria. El preso lo empujó contra una cristalera y salió corriendo. Otro agente lo interceptó, pero el recluso volvió a zafarse y seguir huyendo.

Mota volvió a interponerse en su camino y recibió esta vez un empujón con el hombro en el pecho, tras lo que se golpeó contra una puerta. El agresor fue finalmente interceptado y reducido.

El policía atacado sufría una enfermedad respiratoria y otra patología no detectada hasta entonces. Estuvo ingresado en coma y en estado crítico en la UCI de Son Espases. A pesar de varias complicaciones, recibió el alta meses después. Sin embargo, en febrero de 2017 su salud volvió a deteriorarse. Fue sometido a una nueva intervención quirúrgica y falleció

El recluso ha comparecido hoy en un juzgado de lo penal de Palma, donde ha aceptado la tesis de la fiscalía de que la muerte de Mota fue consecuencia de la agresión. Como habían pactado el ministerio público y la defensa, el preso se ha declarado autor de delitos de homicidio imprudente, quebrantamiento de condena en grado de tentativa, atentado -con la agravante de reincidencia- y tres delitos de lesiones leves, todos en concurso ideal. Por ellos ha aceptado dos años, seis meses y un día de prisión. El acuerdo aprecia como atenuante de enajenación mental la psicosis esquizofrénica diagnostica al acusado, que afectaba a sus capacidades cuando ocurrieron los hechos. El condenado será expulsado cuando acceda al tercer grado o a la libertad condicional.

El pacto fija en 60.000 euros la indemnización para el hijo del policía fallecido, pero el condenado no tiene capacidad para abonarla. El fiscal considera que tanto el hospital Son Espases como la Dirección General de la Policía son responsables civiles solidarios y deben hacer frente al pago. El juicio se ha celebrado para que la magistrada establezca en la sentencia quién tiene que pagar la indemnización.