Un joven ha sido condenado a cuatro años de prisión por herir a un menor con un cuchillo para robarle un cordón de oro y una gorra en Son Gotleu, en Palma. El acusado, según la sentencia ya confirmada por la Audiencia Provincial, pinchó varias veces a la víctima con el arma en una pierna y una mano. En el atraco participó también un adolescente de 14 años, cuya implicación enjuicia un juzgado de menores. El fallo declara al procesado autor de un delito de robo con violencia con uso de arma y le aplica la agravante de reincidencia, pues ya tenía antecedentes por hechos similares. Además, deberá indemnizar al menor con 2.240 euros por las lesiones, las secuelas y el valor de los efectos robados.

Los hechos ocurrieron a primera hora de la madrugada del 7 de julio de 2019 en la plaza Orson Welles. La víctima, de 17 años, estaba sentada en un banco junto a otros chicos. Un joven se acercó a ellos y tras una breve conversación sacó un cuchillo. Los adolescentes huyeron al ver el arma, pero el perjudicado no pudo escapar. "Si gritas, te lo clavo", le espetó. El atracador le arrebató entonces una cadena de oro que llevaba colgada del cuello. La sentencia considera probado que en el robo participó un menor de 14 años, que le quitó a la víctima una gorra.

Los dos ladrones se dieron cuenta entonces de que el adolescente llevaba una riñonera y le exigieron que se la diera. El chico se negó y el joven le dio entonces varios pinchazos en la pierna con el cuchillo, mientras volvía a intimidarle: "Como no nos lo des te vamos a dar un palazo". Acabaron desistiendo, pero antes de marcharse insistieron: "Como te muevas o grites, te matamos".

Heridas en pierna y mano

La víctima sufrió una herida punzante en la tibia y otra entre los dedos de la mano derecha. Tuvo que ser atendido en un centro médico y le quedaron algunas cicatrices como secuela.

Un juzgado de lo penal consideró al joven autor de un delito de robo con violencia con uso de arma con la agravante de reincidencia y otro leve de lesiones, por los que le impuso cuatro años de prisión, una multa de 360 euros y una orden de alejamiento de la víctima durante cinco años. Además, le ordenó compensar al menor con 1.200 euros por el cordón de oro que le robó, 150 euros por los días que tardó en recuperarse de las heridas y 890 euros por las secuelas.

El acusado recurrió la sentencia ante la Audiencia Provincial. Por un lado, solicitaba la nulidad del proceso porque el adolescente no había declarado que cuando ocurrieron los hechos estaba acompañado por otra persona hasta el día del juicio. Según la defensa, este testigo era de "vital importancia" para aclarar lo ocurrido y no había podido ser interrogado porque denunciante había "ocultado" su existencia. El tribunal desestima este motivo porque fue el propio acusado quien en la vista oral explicó este detalle, por lo que el abogado podría haberlo propuesto como testigo.

También consideraba que el hecho de que el menor que al parecer participó en el atraco no hubiera declarado en el juicio le había generado indefensión. El letrado expuso en su recurso que "no se le permitió declarar", pero la Audiencia le recuerda que en realidad este se acogió a su derecho a guardar silencio por estar inmerso en otro procedimiento penal por estas hechos en la jurisdicción de menores.

El tribunal desestima también el otro motivo esgrimido en el recurso de apelación, las contradicciones en las que habría incurrido la víctima y su enemistad con el acusado. Los magistrados entienden que el juez valoró adecuadamente su relato para darle credibilidad.