La Policía ha asestado un duro golpe al negocio del tráfico de drogas que se concentra en el poblado de Son Banya. Se ha detenido a un individuo de 35 años, que era uno de los principales suministradores de droga que abastecía a los clanes, para posteriormente venderla a sus clientes. En esta operación, realizada en la madrugada del miércoles, se ha conseguido intervenir medio kilo de cocaína, que el detenido llevaba escondido en el coche.

Los investigadores ya llevaban tiempo siguiendo a este individuo. De hecho, la llamada operación Tajada se ha prolongado durante los últimos tres meses. Los integrantes del Grupo 1 de Estupefacientes estuvieron siguiendo a un sospechoso, que se sabía que estaba introduciendo importantes partidas de droga, especializándose en cocaína.

Este hombre, según la Policía, había creado una importante infraestructura en Mallorca, para mantener su negocio. Así, por ejemplo, disponía de dos viviendas para entorpecer el seguimiento policial.

Durante los días en los que se sometió al sospechoso a un seguimiento se pudo comprobar que el hombre salía de su casa vestido con un mono de trabajo. Es decir, intentaba simular que era un operario, pero que no le constaba ningún tipo de empleo. Al repetir tantas veces la misma vestimenta los investigadores concluyeron que utilizaba estas ropas para moverse con mayor soltura y discreción, para poder mantener su negocio de venta de drogas.

Para justificar que pudiera salir de su domicilio, con la excusa de que iba a atender algún tipo de avería, el presunto traficante falsificó un documento. Es decir, si la Policía le identificaba y le pedía explicaciones de su presencia en la calle, podía justificar con este documento, unido a su indumentario de técnico, que acudía a una emergencia.

La Policía sospechaba que en un momento u otro el sospechoso intentaría entrar de nuevo en Son Banya, para entregar una partida de cocaína. Por esta razón se establecieron varios controles en los alrededores del poblado.

El último control se montó a primera hora de la mañana del pasado miércoles. Sobre las seis horas se interceptó su coche justo a la entrada del poblado. De nuevo, el hombre repetía la misma indumentaria. El conductor del coche fue invitado a salir del vehículo, que fue sometido a un profundo registro. No fue muy complicado encontrar la droga. A los pies del asiento del conductor se localizó una riñonera de color negra. Al comprobar su contenido se descubrió una bolsa en forma cuadrada, que era cocaína. No fue pesada en el mismo lugar de la incautación, sino en las oficinas policiales. La droga arrojó un peso de algo más de medio kilo.

Horas más tarde, la Policía registró las dos viviendas utilizadas por el detenido. En uno de los pisos se localizó 26.000 en metálico, supuestos beneficios del tráfico de drogas. También aparecieron otros 40 gramos de cocaína, así como material para la adulteración y manipulación de la droga. Al parecer, el sospechoso tenía costumbre de entregar muestras a sus clientes, para que comprobaran la calidad de la cocaína que facilitaba, para poder ser después suministrada a los clientes que acuden a Son Banya.

Fuentes policiales destacaron el éxito obtenido en esta operación, tanto por la cantidad de droga intervenida, así como por el dinero que encontrado en el piso del sospechoso. Pero sobre todo se da importancia a que se ha detenido a uno de los principales suministradores de droga de los clanes del poblado.