La Audiencia de Palma ha condenado a un joven a una pena de doce años de prisión por incendiar una casa a altas horas de la noche con tres moradores en su interior, quienes quedaron atrapados por las grandes llamas hasta que sus vecinos corrieron a auxiliarles y lograron sofocar el fuego en agosto de 2016 en Ciutadella (Menorca).

El incendiario, de 29 años, también ha sido sentenciado a pagar una multa por un delito leve de lesiones, ya que, antes de pegar fuego al domicilio, propinó un puñetazo en la cara a uno de los residentes a quien recriminó que le había quitado su bicicleta. En concepto de responsabilidad civil, el procesado, que cuenta con condenas anteriores por otros hechos, deberá indemnizar a los afectados con más de mil euros por los desperfectos y las heridas ocasionadas.

Según se declara probado en la sentencia, que aún no es firme, los hechos tuvieron lugar el pasado 8 de agosto de 2016, a última hora de la tarde, cuando el acusado acudió a una vivienda de Ciutadella en la que residía el perjudicado junto a sus padres. Tras llamar a la puerta, el afectado abrió y ambos discutieron por una bicicleta que el sospechoso reclamaba al otro diciéndole que se la había quitado. Durante la disputa, el encausado agredió a la víctima dándole un puñetazo en la cara y se marchó del lugar.

'Ahora os vais a enterar'

Al cabo de un tiempo, cuando ya anochecía, el sospechoso regresó a la misma casa junto con una tercera persona. De nuevo llamó a la puerta, pero en esta ocasión nadie le abrió. La madre del perjudicado, sin abrir, le dijo que se marchara, que no eran horas y que volviera al día siguiente. El intruso y su acompañante se fueron de allí, mientras el acusado advirtió: "Ahora os vais a enterar".

Sobre las once o las doce de esa misma noche del 8 de agosto de 2016, el joven procesado se personó otra vez en la puerta de la casa portando una garrafa de unos cinco litros de gasolina. Acto seguido, roció con el combustible la puerta de la vivienda, única vía de entrada y salida del domicilio, y prendió fuego, siendo consciente del peligro para la vida o integridad física de las personas que había en su interior y sabedor de que, al menos, el perjudicado y su madre se hallaban dentro.

Tras incendiar la casa, el encausado se marchó de forma inmediata del lugar. Las llamas se propagaron rápidamente y alcanzaron la altura de toda la vivienda, que contaba con una ventana en la fachada por la que era imposible salir y donde también llegó el fuego. La gasolina se derramó también por una parte de la calle, provocando una llama en esa dirección.

En el momento del incendio, los padres del perjudicado se encontraban durmiendo. La madre se despertó alertada por el olor a gasolina y, al ver el fuego por la ventana, despertó a su marido y estos, junto a su hijo, trataron de sofocar las llamas desde dentro de la casa echando agua a la puerta de entrada. Los vecinos de la calle, ante la entidad del fuego, también echaron agua y avisaron a los servicios de emergencias.

Las llamas se propagaron por la fachada y por debajo de la puerta, pero gracias a la rápida intervención de los vecinos y de los propios moradores fueron extinguidas. Cuando llegaron los bomberos y policías, el incendio ya había sido sofocado.

Puso en riesgo sus vidas

Los tres ocupantes quedaron atrapados por el fuego y su vida corrió peligro, ya que no pudieron salir de casa hasta que el incendio no quedó completamente apagado. El hijo del matrimonio afectado sufrió lesiones en un ojo y una mejilla debido al puñetazo que había recibido horas antes. Mientras, el domicilio resultó dañado por valor de unos 900 euros como consecuencia de las llamas.

La sala no ha apreciado la circunstancia agravante de reincidencia en el acusado ni la atenuante de dilaciones indebidas que había planteado la defensa. El tribunal de la sección primera no alberga "duda alguna" de que el procesado fue el autor del incendio por las declaraciones de los afectados, los vecinos, peritos y por un vídeo que acredita la gravedad del fuego.

La Audiencia de Palma reprocha la conducta del joven, que incendió la casa utilizando gasolina a altas horas de la noche, cuando era previsible que los moradores durmieran, y luego se marchó del lugar sin importarle las consecuencias del fuego.

Además, sabía que lo que quemaba era la puerta de acceso, la única vía de salida. Los tres moradores quedaron atrapados por las llamas sin poder escapar y sin contar con otro lugar en el que poder ponerse a salvo. Por tanto, la sala concluye que existió riesgo para la vida y la integridad de estas personas. Un testigo indicó en el juicio que se les apareció "la virgen", ya que si no hubieran actuado los vecinos con tanta rapidez, las consecuencias podrían haber sido muy graves.

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