Una mujer de 73 años ha sido condenada por atropellar adrede a una vecina con la que está enemistada en Santa Margalida. La sentencia impone a la acusada un año y medio de prisión, pero rechaza que ingrese en la cárcel para cumplir la pena debido su avanzada edad, entre otras cuestiones. La procesada embistió a la víctima con su coche y recorrió unos 20 metros con ella en el capó, causándole diversas lesiones. El fallo la declara autora de un delito de lesiones con instrumento peligroso con la agravante de reincidencia, pues la mujer ya fue condenada en 2016 por una agresión a la misma vecina, y la atenuante de reparación del daño porque indemnizó a la perjudicada, de 67 años, antes del juicio.

En la vista oral celebrada hace unas semanas en Palma la acusada reconoció los hechos y aceptó la condena después de que su abogado, Jaime Campaner, cerrara un acuerdo de conformidad con la fiscalía y la acusación particular. Solo el ministerio público reclamó entonces que la anciana ingresara en prisión para cumplir la condena, petición desestimada en la sentencia.

Los hechos ocurrieron el 29 de junio de 2017 en un camino a las afueras de Santa Margalida. A las ocho y cuarto de la mañana, la condenada salía de su finca conduciendo su propio coche cuando se topó con su vecina. La relación de las dos mujeres era mala desde hacía tiempo, según recoge la sentencia. "Quítate de en medio, no te quiero ver", le gritó la conductora.

La acusada embistió entonces intencionadamente a la víctima, que se subió a la parte delantera del coche para que este no le pasara por encima. La perjudicada colocó los pies en dos huecos del parachoques. La conductora siguió circulando con la víctima sobre el capó y recorrió unos 20 metros cuesta arriba por el camino de tierra. La afectada acabó pidiendo ayuda a gritos a un trabajador de su finca, que corrió en su auxilio y la condenada detuvo finalmente el automóvil.

La afectada sufrió a consecuencia del atropello varias contusiones, dolores en una rodilla y una lesión en un tendón del hombro derecho. Tuvo que ser atendida en un centro médico y precisó rehabilitación. Tardó más de tres meses en recuperarse y como secuela le quedó artrosis postraumática en el hombro.

La mujer presentó una denuncia por estos hechos y un juzgado de instrucción de Inca abrió un procedimiento judicial. No era la primera vez que la acusada atacaba a su vecina. En junio de 2016, ya fue condenada por un delito de lesiones por agredir a la misma víctima.

A mediados del pasado mes de noviembre, la procesada compareció en un juzgado de lo penal de Palma. Allí reconoció haber arrollado con el coche a su vecina y aceptó una condena de un año y medio de prisión tras consignar 4.960 euros para indemnizar a la víctima.

El abogado defensor solicitó que se suspendiera el cumplimiento de la condena. El letrado de la perjudicada no se opuso, pero la fiscalía sí reclamó que la anciana fuera encarcelada para cumplir la pena. La jueza ha resuelto esta cuestión en la sentencia, descartando que la acusada ingrese en prisión. La magistrada considera que concurren los requisitos necesarios para adoptar esta medida. El argumento principal es que los antecedentes penales de la mujer no son computables, pues la anterior condena quedó ya cumplida. Además, resalta que la pena impuesta en esta ocasión es inferior a los dos años y que ha indemnizado a la perjudicada. También destaca su edad y considera que el hecho de que tenga 73 años "generaría importantes inconvenientes ante una entrada en prisión". Finalmente, apunta que no ha vuelto a cometer delitos desde que ocurrieron los hechos, lo que demuestra "su falta de peligrosidad".