Un ciudadano alemán aceptó ayer dos años de prisión por estafar 135.000 euros con la venta de coches a través de una sociedad radicada en Palma. El procesado compareció en la Audiencia Provincial y admitió los hechos tras alcanzar un acuerdo con la fiscalía, que solicitaba inicialmente una condena de dos años de reclusión.

El hombre, representado por el letrado Carlos Barceló, reconoció ante el tribunal que en 2007 creó con su padre, huido de la justicia, una sociedad dedicada a la compraventa de vehículos. Por un lado, recibieron 72.455 euros de una empresa alemana por nueve automóviles que nunca entregaron, y por otro vendieron su compañía de forma fraudulenta por 62.000 euros.