Un hombre llevó el pasado 31 de octubre once perros a la protectora de Son Reus y dijo que se los había encontrado para evitar pagar las tasas. Los empleados del centro no creyeron su versión, ya que los animales parecían conocerle, por lo que avisaron a la Policía Local. Los agentes averiguaron que provenían de una finca en la que trabajaba el hombre, y donde habían provocado varias quejas de sus vecinos.

Los agentes llegaron a la conclusión de que el dueño de los perros pretendía evitarse el pago de las tasas, que la protectora no cobra en caso de que un particular lleve al centro un animal que se encuentra extraviado. La Policía Local se puso en contacto con el propietario de la finca de la que procedían los once perros y le informaron de que tenía que hacerse cargo de las tasas.