Una agente inmobiliaria aceptó ayer una condena de un año y medio de prisión por estafar a un matrimonio al que vendió una finca en Llucmajor que contenía una edificación ilegal, para lo que falsificó diversos documentos con el objetivo de darle apariencia de legalidad.

La defensa de la acusada alcanzó un acuerdo con las acusaciones en el juicio celebrado en la Audiencia. Igualmente, estaban acusados la antigua propietaria de la finca y su abogado, pero se retiraron los cargos contra ellos. La agente inmobiliaria condenada también deberá pagar una multa y satisfacer una indemnización de 6.000 euros.

La venta tuvo lugar en agosto de 2013 por un precio de 142.000 euros. La finca rústica, en el término municipal de Llucmajor, contiene una edificación de 83 metros cuadrados destinada a vivienda, pero se encuentra fuera de la ordenación urbanística. No es posible legalizarla, porque la única licencia era para casita de aperos y estaba abocada a la demolición.