La Audiencia de Palma juzgó ayer a un empresario por estafa por no pagar el alquiler para explotar un chiringuito, las hamacas y velomares del balneario 4 de la Playa de Muro en 2011 y 2012.

El acusado negó haber estafado a la sociedad que tenía la concesión de estos locales. Según su versión, en 2011 negoció con la asociación hotelera de la zona y llegó a un acuerdo verbal por el que le compensaban las dos anualidades que ascendían a más de 82.000 euros por el dinero que a él le debían por los gastos de reforma, maquinaria, instalaciones y mobiliario que él sufragó para poner a punto todos los balnearios de la zona años atrás. "No pagué porque tenía un acuerdo", recalcó. La gerente de la asociación negó la existencia de un pacto verbal. De hecho, no figuraba en el contrato que firmaron.

El fiscal pidió tres años de cárcel, el abogado de la acusación Llorenç Salvà, cuatro años, y la defensora Magdalena Figuerola, la absolución.