El castigo de una madre a su hija de quitarle el teléfono móvil por no ordenar su cuarto fue replicado de forma violenta. Mientras la progenitora se encontraba durmiendo, la adolescente de 16 años le rompió un plato en la cabeza. El fuerte impacto dejó a la mujer una herida en la nariz y un chichón. Agentes de la Policía Local de Palma se personaron en el domicilio e informaron de los hechos a la Fiscalía de Menores.

La agresión ocurrió sobre las cinco de la tarde del sábado en un domicilio de la calle Guillem Massot de Palma. La madre recriminó a su hija, de 16 años, que no hubiera ordenado su cuarto, tal y como le había ordenado previamente. Como castigo le retiró el teléfono móvil.

La menor, furibunda, aprovechó que su madre se había quedado dormida para perpetrar su venganza. Cuando la mujer estaba indefensa, sumida en un profundo sueño, la adolescente le estrelló un plato de cristal en la cabeza y lo hizo añicos. Los trozos hicieron a la víctima un corte en la nariz y el impacto le causó un chichón en la cabeza de unos diez centímetros.

Hastiada del comportamiento violento de su hija, la madre llamó a la Policía Local de Palma para denunciar lo ocurrido. Una patrulla no tardó en personarse en el domicilio de la víctima. Cuando los agentes estaban en la vivienda. la menor se había escondido. Tras buscar por los rincones, la encontraron en el interior de un armario.

Una vez fuera, la adolescente confesó la agresión a su madre con el plato porque había tenido "un ataque de ira". La adolescente justificó su comportamiento violento con la mujer porque "tenía que hacer una llamada importante".

La progenitora aseguró a los agentes que esta agresión que acababa de sufrir distaba de ser un caso aislado. Según sus palabras, cuando su hija contaba con 12 años le había intentado envenenar al inyectarle friegasuelos en un yogur. Los policías informaron de la agresión a la Fiscalía de Menores.