El presunto asesino de un rumano de 49 años en la localidad mallorquina de Cala Pi fue detenido y encarcelado en Niza hace varias semanas tras apuñalar a otro hombre en la ciudad francesa. La Guardia Civil le seguía los pasos de cerca. Los agentes iban tras su rastro hasta que confirmaron su arresto en el país galo.

Los investigadores sabían que el sospechoso había huido a Francia porque habían detectado movimientos bancarios allí. Sobre él pesaba una orden de búsqueda y captura europea por el crimen de Cala Pi. El cadáver de la víctima, identificada como Vasile Manole Costica, fue hallado en una zona de campo tras una pared en el núcleo turístico de Llucmajor en la tarde del pasado 29 de octubre, aunque el homicidio se sospecha que pudo ser cometido en Palma uno o dos días antes. El fallecido, un indigente que solía ir a comer al centro de transeúntes de Ca l'Ardiaca, recibió una paliza y varias cuchilladas, entre ellas una herida de degüello. Sufrió una pérdida masiva de sangre, lo que le produjo la muerte.

Un compatriota llamado Iacob que residía muy cerca de él en un asentamiento de chabolas en las inmediaciones del polígono de Son Rossinyol, en Palma, se convirtió en el principal sospechoso del crimen. Este ciudadano rumano se marchó de la isla de forma precipitada a los pocos días de aparecer el cuerpo sin vida de Vasile Manole Costica. Compró un billete de barco en una agencia de viajes de la ciudad y zarpó en un ferry desde el puerto de Palma con destino a Barcelona.

Una vez en la capital catalana, el hombre se dirigió al norte de España y desde allí viajó a Francia. Precisamente, hace varias semanas fue detenido en Niza por apuñalar a otro hombre allí. Cuando fue arrestado, se comprobó que estaba siendo buscado en Palma por otro crimen.

Causa pendiente en Francia

El hombre ingresó en prisión en Niza. De momento, no será extraditado a España hasta que no salde el caso que tiene pendiente en Francia. Además, los investigadores recabarán si tiene otras causas en su país de origen, en Rumanía.

El sospechoso es una persona extremadamente violenta y con numerosos antecedentes. Hace un tiempo cumplió una condena de cinco años de cárcel por cometer otro intento de homicidio en la isla. En esa ocasión, mantuvo una disputa con un extranjero y le achuchilló con la intención de matarle. Le dejó malherido en el suelo y el perjudicado logró salvar la vida al recibir asistencia médica urgente en Palma.

El supuesto homicida también protagonizó otros episodios violentos. Así, una vez, al perder una partida de ajedrez, no aceptó la derrota y acabó matando al perro de su contrincante. En los últimos meses, el sospechoso mercadeaba con vehículos de segunda mano con otros compatriotas.

El cadáver de Vasile Manole Costica, rumano de 49 años, fue descubierto en la tarde del 29 de octubre por un buscador de setas tras una pared. El cuerpo estaba en una zona desierta situada junto a la carretera de Cala Pi. Aunque inicialmente se barajó la posibilidad de que el hombre hubiera muerto por causas naturales o como consecuencia de una caída accidental, la autopsia echó por tierras todas estas hipótesis. El informe forense desveló que Costica había recibido una paliza y varias puñaladas, entre ellas una herida de degüello.

La investigación de la Policía Judicial de la Guardia Civil sirvió para comprobar que la víctima era un usuario habitual del comedor social del centro de acogida de transeúntes del Camí de Ca L'Ardiaca. Las pesquisas se iniciaron en este punto y se determinó que era un indigente.

Las posteriores indagaciones condujeron a los agentes hasta un pequeño asentamiento chabolista situado en el polígono de Son Rossinyol. La investigación determinó que el crimen de Vasile Manole Costica se pudo haber cometido en una de las infraviviendas.

Así, el pasado 15 de noviembre la Guardia Civil, con la ayuda de un perro especializado en la detección de restos biológicos, inspeccionó minuciosamente la chabola del sospechoso en este asentamiento ilegal del polígono de Son Rossinyol, en Palma. El animal marcó varios puntos. No obstante las muestras tomadas estaban pendientes de ser analizadas y ser cotejadas con el ADN del fallecido.

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