En una sola sola noche desvalijaron varios bares de la ciudad. Se desplazaban en un coche oscuro. Uno de los sospechosos conducía y esperaba dentro del vehículo para facilitar la huida, mientras sus otros dos compinches salían y uno rompía el cristal del establecimiento de una patada y el tercero se introducía en el local y se apoderaba de la caja registradora. Luego, se fugaban a toda prisa y repetían los hechos en otros negocios.

La Audiencia de Palma ha iniciado hoy el juicio contra tres acusados de cometer una oleada de robos en bares y cafeterías a finales de enero de 2018. Todos cuentan con antecedentes y dos de ellos se encuentran en prisión.

Uno de los jóvenes, el único que está libre, ha confesado los hechos ante el tribunal de la sección segunda y ha exculpado a uno de sus compañeros. "No es el mismo que estaba conmigo esa noche, éramos tres. Me vinieron a buscar en coche, un Seat de color negro, fuimos a s'Arenal y luego por Palma. Fuimos de bar en bar, primero a uno y luego a otro. Conducía otro chico, uno rompía el cristal y yo entraba y sacaba la caja. Así, lo hicimos en cuatro establecimientos", ha recordado el muchacho, de 24 años, en referencia a la noche del 27 al 28 de enero de 2018.

"Tenía que pagar una multa por otro asunto, nadie me ayudaba. Me vi entre la espada y la pared. Acabé haciendo lo que no tenía que hacer, estoy superarrepentido", ha asegurado el joven ante la sala.

Mientras, otro acusado, de 22 años, ha negado en rotundo los cargos. "Yo no sé nada de estos bares, no tengo nada que ver, no participé en estos hechos", ha recalcado. El muchacho ha reconocido que esa noche condujo el coche sospechoso y fue a repostar combustible en una gasolinera en Son Malferit. "Ese coche lo ha usado mucha gente. Yo lo he cogido, pero también muchas personas, 20.000 personas", ha subrayado. Según su versión, esa madrugada se encontró con el primer encausado y otros jóvenes que iban en el vehículo por el barrio de forma casual y se fue a tomar algo con ellos. "Se discutían por el coche, me metí y al ver que no había gasolina fui a repostar yo con ellos", ha aclarado.

Días después, el 31 de enero de 2018, fue detenido en Palma tras un gran despliegue policial. "Yo iba en bicicleta por la calle Puerto Rico, un coche frenó, era la Policía y yo me fui corriendo. Me escondí en una azotea. Me localizaron y me detuvieron. Yo no empujé a ningún policía ni lo tiré por las escaleras. No opuse resistencia en ningún momento, al revés. A mí me pegaron. Tenía la cara destrozada. Cuando ya estaba esposado en el suelo, un agente me pegó con la bota en la cabeza", ha indicado el joven, que también está acusado de atentado a la autoridad y resistencia.

Por su parte, el policía que lo encontró agazapado en las escaleras de una finca ha manifestado que le pidió en varias ocasiones que se tirara al suelo y el sospechoso le desobedeció y arremetió contra él. "Me agarró y los dos caímos al suelo por las escaleras, tuve que pedir refuerzos, se revolvió contra nosotros", ha apuntado el agente.

Dos policías han recordado que el joven estaba en busca y captura y el día anterior protagonizó un grave incidente en Consell cuando intentó atropellar con un coche a un agente de paisano mientras huía para no ser detenido. "Se dio a la fuga en un pueblo e intentó atropellar a un compañero, que se vio obligado a disparar tres veces al aire", ha comentado un policía.

El tercer acusado, de 38 años, al que se le imputan además otros dos robos en bares de Palma durante la noche del 27 de enero de 2018, se ha acogido a su derecho a guardar silencio en el juicio. El hombre no ha querido declarar.

La fiscalía solicita para los tres sospechosos penas que suman 18 años y un mes de cárcel. Dos de ellos, a quienes se les aprecia la circunstancia agravante de reincidencia, se enfrentan a peticiones de condena de cinco y siete años de prisión, respectivamente, por un delito continuado de robo con fuerza. Otro afronta una solicitud de seis años y un mes por robo, atentado y resistencia.

El juicio está previsto que siga mañana en la Audiencia de Palma con más testigos. Al inicio y al final de la sesión de hoy se han vivido momentos de tensión en el patio del palacio de justicia con varios familiares, que han roto a llorar y a gritar. "Esto es una injusticia, no hay derecho a que la Policía encima pida una indemnización", ha chillado una mujer. El edificio judicial se ha blindado con una gran presencia de efectivos de la Policía Nacional y no ha habido que lamentar incidentes.