Un joven acusado de violar a una adolescente y abusar sexualmente de su hermana, ambas menores de edad, en la azotea de un hotel en el centro de Palma a principios de diciembre de 2015 alegó ayer en el juicio en la Audiencia Provincial que los hechos fueron consentidos.

El sospechoso, que tenía 19 años en esas fechas, indicó que conoció a las dos perjudicadas esa misma tarde del 7 de diciembre de 2015. Tras conversar con ellas, les propuso ir a la terraza de un céntrico hotel en la zona del Borne para estar más tranquilos. Allí, se fumaron un porro juntos y estuvieron bebiendo vino, según su versión.

El joven reconoció ante el tribunal de la sección segunda que fue él quien tuvo la iniciativa de besarlas. Luego, según apuntó, ellas se levantaron, se sentaron encima de sus piernas y se besaron entre ellas. "Me quedé asombrado", ha aseguró el procesado. Según manifestó, las dos adolescentes entonces llevaron la iniciativa. Una de ellas se bajó un poco el pantalón, pero recibió una llamada de teléfono y poco después se marchó de la azotea. Mientras, la otra menor mantuvo sexo completo con él. "Me lo pidió por favor, no me pude resistir", indicó el joven.

Estos extremos fueron rechazados por las víctimas. Una confirmó ante la sala que fue violada, mientras que su hermana recalcó que el joven se abalanzó sobre ellas y las besó sin pedir permiso. "Fue de repente, se levantó y lo hizo", subrayó.

La joven explicó que el encausado le bajó los pantalones y la ropa interior y la sometió a tocamientos íntimos. "Mi hermana iba mucho más borracha que yo. La colocó encima de él en una silla y se lió con ella. No sé si a ella le gustaba. Yo no sabía qué hacer, me asusté y me fui. Le dije a mi hermana si venía conmigo y ella asintió con la cabeza. Por eso, me quedé abajo un rato esperando. Luego, cuando ella llegó a casa, entró en el baño. Yo me duchaba, le pregunté si estaba bien y, al quitarse la ropa, le vi como un mordisco en el pecho. Me miró y se puso a llorar. Me dijo que se había sentido violada", recordó una de las perjudicadas.

"Yo me sentía culpable por haberla dejado allí. Luego, ella se derrumbó en el colegio. Teníamos miedo, él sabía dónde vivíamos. No sabíamos qué hacer y cómo reaccionar, éramos más pequeñas", detalló la víctima, muy afectada y rompiendo a llorar en la sala, detrás de un biombo que la separaba del encausado.

"No nos besamos los tres ni nosotras dos. No me llamó nadie ni mi novio ni nadie, me lo inventé", aclaró la joven.

La fiscalía y la acusación particular solicitan para el procesado una condena de diez años y medio de prisión por un delito de violación y otro de abuso sexual. El abogado defensor reclama la libre absolución de su cliente.

El joven apunto que no arrojó al suelo a la adolescente ni ella le dijo que parara. Admitió que mientras mantenían sexo le mordió los pechos. La forense indicó que las lesiones que la víctima presentaba podían ser compatibles con una relación consentida y también con una violación.

Horas después de los hechos en la azotea del hotel, los tres jóvenes conversaron por whatsapp ya de madrugada. "Hablamos en un grupo que había creado yo, me dijeron de volver a quedar la semana que viene. Al día siguiente, ya no me respondieron. Salieron del grupo y no volví a saber nada de ellas. Borré todo el contenido de la conversación. Al recibir la denuncia pensé que la conversación era fundamental porque reflejaba todo lo que había ocurrido. Tuve que recurrir a un técnico, me hackeó el teléfono y pude recuperar la conversación", explicó el sospechoso.

Una de las víctimas se refirió a estos mensajes de whatsapp. "Mi hermana me dijo que le siguiera el rollo, que no dijera nada más y que saliera del grupo y le bloqueara", declaró.

El juicio prosigue hoy por la mañana en la sección segunda de la Audiencia de Palma.