La primera sentencia por los daños causados en el incendio del buque Sorrento exculpa a Trasmediterránea y Grimaldi. Un juzgado de lo mercantil de Palma ha rechazado la demanda presentada por uno de los afectados, que reclamaba 71.921 euros a la naviera y la propietaria del ferry por la destrucción de su vehículo y la carga, al entender que estas compañías no tuvieron responsabilidad en el siniestro. El fallo se apoya en el informe de la Guardia Civil que situó el origen de las llamas en un remolque frigorífico y lo atribuyó a causas accidentales. Concluye que no hubo ningún fallo en la instalación eléctrica del barco, que este tenía todos los permisos en regla y que la actuación de la tripulación fue la adecuada.

Esta resolución judicial cierra por el momento la puerta a que las dos empresas deban asumir las pérdidas millonarias que provocó el incendio en el Sorrento, que ardió el 28 de abril de 2015 a 16 millas de sa Dragonera. El fuego destruyó los 135 vehículos que transportaba, así como sus cargas. Las 157 personas que iban a bordo fueron rescatadas en un gran operativo de emergencias y no hubo que lamentar daños personales graves.

El fallo responde a la reclamación del propietario de un camión Scania y un semirremolque que iban en la bodega y quedaron destruidos por el fuego. El demandante solicitaba 13.500 euros por el valor venal de los vehículos, 2.399 por los intereses del préstamo para adquirir el automóvil, 56.465 por la pérdida de ingresos al no poder seguir trabajando y 1.956 por las herramientas que llevaba en el vehículo.

El perjudicado sostenía que Trasmediterránea y Grimaldi no cumplieron con la obligación del deber de conservar, vigilar y cuidar los bienes transportados. Argumentaba que la instalación eléctrica del Sorrento estaba defectuosa y atribuía la enorme propagación de las llamas a la falta de medios antiincendios o la falta de preparación de la tripulación.

El magistrado rechaza estos argumentos. Por un lado, destaca que el ferry se encontraba en perfecto estado de navegabilidad, había renovado el certificado de clase apenas tres meses antes y en la semana anterior al siniestro había sido inspeccionado por las autoridades del puerto de Valencia sin apreciarse deficiencias en el sistema eléctrico y la seguridad. Por otro, señala que el informe de la Guardia Civil situó el origen de las llamas en uno de los camiones refrigerados que iban a bordo y descartó un problema técnico del barco, pese a que no pudo determinar con precisión la causa exacta del incendio. Además, considera acreditado que la respuesta de la tripulación ante el siniestro fue la adecuada y, de hecho, permitió poner a salvo a todo el pasaje.