Uno de los incidentes más graves a los que se enfrenta Salvamento Marítimo es el hombre al agua, cuando una persona cae desde una embarcación en alta mar. "Tenga en cuenta", explica Miguel Félix Chicón, "que si una persona cae al mar desde un barco, aun cuando se dé la alarma enseguida, se le pierde de vista inmediatamente. Y cuando nosotros nos ponemos a buscar, tienes que buscar una cabecita flotando en el mar".

El jefe de Salvamento Marítimo de Palma recuerda uno de los rescates más extremos a los que se ha enfrentado. Fue en 2015, cuando uno de los tripulantes de una embarcación, la Beethoven II, que se dirigía de Maó a Cartagena, cayó al mar sin chaleco salvavidas, de noche, a la altura de Porto Colom. El otro tripulante, que dormía, no se percató de lo ocurrido hasta varias horas después. El náufrago fue rescatado con vida tras pasar once horas y media flotando en alta mar.

"La primera noticia que tuvimos fue a través de Radio Costera", relata Chicón, "que nos alertaron de que había una persona que llamaba, y que hablaba de una forma rara. Parece que dice que ha varado en el islote de Conillera. Pedimos ayuda al personal del parque de Cabrera y nos confirmaron que había una embarcación encallada, con un tripulante a bordo. Cuando contactamos con él resultó que era sordo, y tenía la dificultad del habla de un sordo. Pero se pudo hacer entender y nos cuenta que su compañero -iban dos a bordo- no está. Y la pregunta que se hace siempre en estos casos es: ¿Cuándo le vio usted por última vez? Cuando le hizo el relevo, sobre las ocho de la tarde, y él se fue a dormir. Se había despertado por la colisión con el islote y era ya sobre la una de la madrugada. Y desde ahí tienes que empezar a buscar, movilizar barcos y aviones, radiar alertas de socorro para todas la embarcaciones. Y a la mañana siguiente, un pesquero lo encontró. Fuimos a buscarle, tenía hipotermia pero estaba bien. Y nos contó que la noche anterior iba por cubierta, sin chaleco ni línea de vida, y un golpe de viento lo tiró al mar. Estaba a la altura de Porto Colom en medio de la noche cerrada. Y su companero, sordo, durmiendo. ¿Cómo se te queda el cuerpo? Pues el hombre, que afortunadamente era bastante fuerte, empezó a nadar hacia unas luces que veía en la lejanía, que debía ser Porto Colom, a unas ocho millas. Va nadando y, en medio de la oscuridad, escucha y ve nuestro helicóptero pasar, y que da la vuelta y vuelve a pasar. Y se da cuenta de que le estamos buscando, que su compañero ha sido capaz de dar aviso. Justo antes de ver el helicóptero, según nos contó, se estaba dejando ir, debían ser las cuatro de la madrugada ya estaba desesperado. Pero cuando oyó el helicóptero lo pegó un subidón de adrenalina y se mantuvo a flote. Y lo rescatamos con vida once horas y media después de caer al mar. Y no es el único caso que nos han contado que solo oír el helicóptero, saber que le estábamos buscando, le ha ayudado a aguantar".