A sus 76 años, Ángel y Nicolás pasaban muchos ratos en un huerto urbano de Palma donde cultivaban sendas parcelas. Una discusión por el uso de la manguera les llevó a empuñar barras de hierro y golpearse el uno al otro con furia. La reyerta acabó con los dos en un centro médico por las lesiones sufridas, de las que Ángel tardó meses en recuperarse. Además, provocó su expulsión del huerto, gestionado por el Ayuntamiento, y les ha acabado costando una condena penal. Este jueves, los dos han reconocido los hechos en un juzgado. Nicolás, que ha pagado una importante cantidad de dinero a su rival como indemnización, ha aceptado un año de cárcel y Ángel se ha mostrado conforme con pagar 270 euros de multa.

La trifulca se produjo el 28 junio de 2017 en el huerto urbano de Son Perera, en la zona del Molinar. Los dos hombres trabajaban en sus respectivas parcelas cuando, poco antes de las diez y media de la noche, empezaron a discutir. Según parece, uno de ellos estaba regando su terreno y el otro cogió la manguera sin su permiso cuando todavía no había terminado.

De las palabras pasaron a las manos. Ambos cogieron lo que tenían a mano, unas barras de hierro de unos 60 centímetros de longitud que tenían como herramientas para perforar la tierra. Y empezaron a pegarse.

Los dos acabaron heridos y necesitaron asistencia médica. Ángel se llevó la peor parte. Sufrió contusiones en varias partes del cuerpo, tenía marcas de barra en las nalgas y las costillas, escoriaciones en la nariz, el codo y el dedo meñique de la mano derecha y una fractura del cúbito. Los médicos le inmovilizaron el brazo, llevó una férula durante un mes y tuvo que someterse a un tratamiento de rehabilitación, ya que tenía limitaciones para mover la extremidad.

Nicolás, por su parte, fue atendido de varias contusiones en el cuello, la parrilla costal y las nalgas y tenía arañazos en la nariz, el codo y un dedo. En su caso, solo fue necesaria una primera asistencia médica y tardó 10 días en recuperarse.

La Policía Local elaboró un atestado sobre lo ocurrido y el departamento de Infraestructuras del Ayuntamiento de Palma, responsable de la gestión del espacio municipal, tomó cartas en el asunto. El supervisor del departamento de huertos urbanos se entrevistó con los dos implicados. Ambos coincidieron en señalar que antes de la pelea habían tenido un encontronazo, en el que se dieron manotazos y se zarandearon. El técnico elaboró un informe sobre el altercado en el que propuso expulsar del huerto a los dos jubilados y tomar medidas para evitar que se les adjudicaran nuevas parcelas en las siguientes convocatorias.

Además de perder su derecho a seguir cultivando en Son Perera, los dos septuagenarios acabaron en el banquillo de los acusados. Un juzgado de instrucción abrió diligencias y la fiscalía acabó llevándolos a juicio. El ministerio público imputó a Nicolás un delito de lesiones con instrumento peligroso, por el que reclamó inicialmente dos años de cárcel. Para Ángel pidió una multa de 270 euros por un delito leve de lesiones. Los jubilados contrataron a sendos abogados y se pidieron el uno al otro condenas de cuatro años de cárcel.

Las partes acabaron alcanzando un acuerdo. Extrajudicialmente, Nicolás abonó una importante cantidad de dinero a Ángel, representado por el abogado David Salvà, como indemnización por las lesiones. Este jueves, en el juicio los dos han admitido los hechos ante el juez. Nicolás ha aceptado un año de cárcel y Ángel, una multa de 270 euros.