Un auxiliar de geriatría se aprovechaba de su situación laboral y de la indefensión de las víctimas para saquear al menos 24.300 euros de las cuentas corrientes de los ancianos a los que supuestamente cuidaba en distintas residencias de Mallorca. La Policía Nacional le detuvo en Palma como presunto autor de un delito de estafa agravada y el juez ordenó su ingreso en prisión.

Al detectar cómo había desaparecido dinero de la cuenta corriente de las personas mayores alojadas en residencias, los familiares interpusieron denuncias. Expertos del Grupo de Delincuencia Económica y Delitos Tecnológicos de la Brigada de Policía Judicial de la Policía Nacional de Balears se hicieron cargo del caso.

Los investigadores activaron la denominada 'Operación Concordia' para averiguar cómo desaparecía el dinero de las cuentas corrientes de personas mayores ingresadas en residencias.Saqueos en Galicia y Balears

El delincuente sin escrúpulos se prevalía de su situación de auxiliar de geriatría en dichas residencias para saquear a los ancianos. En la mayoría de los casos, sus víctimas presentaban graves problemas de movilidad o mentales que les convertía en especialmente vulnerables.

El trabajador había conseguido ganarse poco a poco la confianza de estas personas mayores y de las residencias de ancianos que le habían contratado. Por este motivo podía moverse a sus anchas por todas las dependencias.

Los investigadores centraron las pesquisas en el entorno más cercano y trataron de averiguar cómo se habían producido los movimientos en sus cuentas corrientes. También siguieron el rastro del dinero para conseguir esclarecer el caso.

El sospechoso había trabajado en diversos establecimientos tanto de Galicia como de Balears como auxiliar de geriatría. En todos las residencias donde había estado empleado, las cuentas corrientes de los ancianos habían sido desvalijadas.

A partir de estos datos, los investigadores trataron de dilucidar cuál era el 'modus operandi' de este individuo para sacar el dinero de las cuentas corrientes de las personas mayores a las que, en un principio, tenía encomendado su cuidado.

El auxiliar de geriatría disponía de una llave maestra, con lo que podía moverse a su antojo por todas las dependencias de la residencia donde trabajaba. Una vez que se encontraba en las habitaciones de los más desvalidos, con serios problemas de movilidad o con las facultades mentales muy mermadas, les cogía la documentación. Copiaba la numeración de las tarjetas de crédito y el código de seguridad, imprescindible para hacer compras a través de internet. Al tener también los datos de su carné de identidad podía hacer compras a nombre del anciano suplantando su identidad.

A partir de estos datos, el sujeto realizaba numerosas compras fraudulentas a través de internet. Los gastos más comunes que solía hacer utilizando las tarjetas de crédito de las personas mayores a las que supuestamente cuidaba eran la contratación de vehículos de alquiler de alta gama, la compra de billetes de avión, habitaciones de hotel, pedía comida a domicilio o adquiría ropa y complementos. Todo a través de la red.

La condición de especial vulnerabilidad de las víctimas del saqueo de las cuentas corrientes complicó y retrasó sobremanera la detección del fraude y el esclarecimiento de los hechos.

No obstante, los investigadores de la Policía Nacional averiguaron cómo se habían producido las estafas a los ancianos, cuyo montante ascendía al menos a 24.300 euros, y detuvieron a su presunto autor. Al ser puesto a disposición judicial, el juez ordenó el ingreso en prisión provisional del auxiliar de geriatría por un presunto delito de estafa agravada.