Un joven comerciante de Magaluf fue juzgado ayer en Palma por agresión sexual por presuntamente haber besado y sometido a tocamientos íntimos a la fuerza a una chica de 20 años que entró en su local a mediados de junio de 2017. El sospechoso negó los cargos. Solo admitió que trató de besarla en la boca, pero ella se giró y se separó de él. "No la besé, solo rocé con mis labios su cuello", indicó. "Fue una situación incómoda, le mandé un mensaje por si se había molestado", añadió, una vez la perjudicada se marchó del lugar. Según su versión, había conocido a la víctima días antes y esa mañana le declaró su amor.

El acusado negó haberla empujado contra la pared y haberle realizado tocamientos. La fiscal pidió para él una pena de dos años de prisión y la acusación particular, dos años y medio. Por su parte, la defensa solicitó su absolución.

La víctima confirmó que el sospechoso la intentó besar pero ella se apartó. Luego, pasaron a la parte de atrás del local, donde él la empezó a besuquear, pero ella se opuso. La perjudicada dijo que él la cogió de la mano, la giró contra la pared y la tocó en la zona genital. También le tocó las nalgas por encima de su vestido, según ella.