Un joven ha aceptado hoy en la Audiencia de Palma un año y medio de prisión por dos delitos de allanamiento de morada por colarse en una casa de Sóller para mantener relaciones sexuales con una chica.

El muchacho, de 21 años y origen boliviano, accedió en dos ocasiones al mismo domicilio sin autorización de los moradores en mayo y noviembre de 2016.

Hoy por la mañana, el acusado ha reconocido los hechos y se ha mostrado conforme con las penas por dos delitos de allanamiento de morada. La condena suma un año y seis meses de cárcel, seis meses de multa a razón de seis euros diarios y la prohibición de aproximarse y comunicarse con dos jóvenes perjudicadas por un periodo de dos y cuatro años, respectivamente.

El hecho de que las partes hayan alcanzado un acuerdo previo ha evitado la constitución de un jurado popular y la posterior celebración del juicio, ya que los delitos de allanamiento son competencia de la Ley del jurado.

Los hechos se remontan al pasado 20 de noviembre de 2016, sobre las siete y media de la mañana, cuando el joven encausado accedió al interior de una casa rural en Sóller con el propósito de conseguir mantener relaciones sexuales con una chica que se encontraba durmiendo en el domicilio junto a una amiga, donde esta última residía con su madre, la propietaria de la vivienda.

El inmueble estaba delimitado por un muro de unos dos metros y medio de altura con un hueco en la parte trasera con forma de ventanal cerrado con una malla metálica que el sospechoso rompió para entrar.

Una vez se introdujo en la propiedad, el joven accedió al interior de la casa tras escalar hasta un voladizo situado a unos dos metros del suelo y romper el cristal de una ventana. En ese momento, el intruso fue sorprendido por los moradores, quienes se despertaron sobresaltados por los ruidos que escucharon. El sospechoso ocasionó desperfectos en la vivienda.

Meses antes, alrededor de mayo de 2016, el acusado se introdujo en el mismo domicilio sin que conste que empleara fuerza o violencia alguna y sin la autorización de los moradores. En esa ocasión, fue descubierto por la hija de la propietaria de la casa cuando el joven se encontraba ya dentro de su habitación.

Un juzgado de instrucción de Palma prohibió al encausado aproximarse y comunicarse con las dos jóvenes perjudicadas a mediados de noviembre de 2016.