Un acusado de violar a una menor de 14 años en su domicilio en el verano de 2016 ha alegado hoy en el juicio en la Audiencia de Palma que ambos mantuvieron sexo consentido. "En todo momento fue consentido, no hubo forcejeo", ha insistido el sospechoso, de 26 años, en el turno de la última palabra.

En cambio, la víctima ha relatado ante el tribunal de la sección segunda que fue forzada en su habitación pese a que le dijo que no quería tener relaciones con él. "Yo le decía que no porque tenía novio. Él se puso encima, me intentó bajar los pantalones, yo los intentaba subir", ha detallado la joven, quien ha asegurado que hubo un forcejeo con el encausado cuando él trataba de quitarle la ropa. La perjudicada se ha mostrado muy afectada por los hechos. Dos años después, continúa en tratamiento y con terapia. "Él me dijo que tenía 17 o 18 años. Cuando denuncié, me enteré de que tenía más edad", ha señalado.

El fiscal ha solicitado hoy para el hombre una pena de doce años de prisión por un delito de agresión sexual y, de forma alternativa, por abuso sexual a menor de 16 años. El ministerio público también ha reclamado la prohibición de aproximarse y comunicarse con la víctima durante 20 años, la medida de seis años de libertad vigilada y una indemnización de 12.000 euros por el daño moral causado.

El fiscal ha hecho hincapié en sus informes en la diferencia de edad entre el presunto agresor y la perjudicada. "Él tenía 24 años y la víctima 14 años. Hay una diferencia que es un mundo, de la infancia a la madurez. No se puede tener una relación sexual con una menor de 14 años. Él sabía su edad porque conocía a sus amigas", ha destacado. Según su tesis, independientemente de si hay o no consentimiento, es delito tener sexo con un menor de 14 años.

Por su parte, el abogado defensor ha solicitado la libre absolución de su cliente al detallar que él creía que la víctima tenía más de 16 años y siempre ha mantenido que se trató de sexo consentido. "Él siempre ha contado lo mismo", ha subrayado.

En el turno de la última palabra, el sospechoso ha manifestado: "Me sorprende todo esto, me sorprenden tantas declaraciones y que cada uno dijera una cosa diferente. Es la palabra de ella contra la mía. En todo momento fue consentido, no hubo forcejeo. A lo mejor ha pasado que la han obligado a denunciar, quizá ella no quería denunciar".

Las dos especialistas que han tratado a la menor han confirmado en el juicio que su testimonio es verosímil y creíble. "Su declaración es coherente", ha indicado una psicóloga. Otra experta ha manifestado que la víctima presenta mucha ansiedad y mucho miedo. "Siente mucha rabia, impotencia, enfado, dolor y sentimiento de culpabilidad", ha recalcado. Según su versión, la perjudicada padece un cuadro de estrés postraumático y se siente culpable porque piensa que no tenía que haber invitado a nadie a su casa y porque se quedó quieta, bloqueada y no se defendió.

El acusado ha recordado que fue la menor quien le dijo que quería quedar con él. El pasado 27 de julio de 2016 por la mañana, ambos se vieron en su casa, en un municipio a las afueras de Palma, donde desayunaron y vieron la televisión. Según la versión de él, ella le pidió que le hiciera un masaje, se lo hizo y luego le pidió que la llevara a su habitación. "Yo la cogí en brazos y la subí al dormitorio y allí paso todo", ha indicado. Según su versión, ella fue la que se desvistió y él no le quitó la ropa. También ha negado que la perjudicada le dijera que tenía novio y que no quisiera tener relaciones. "No hubo ningún tipo de resistencia, ella no me dijo que parara", ha declarado.

Sin embargo, el testimonio de la adolescente es totalmente distinto. La perjudicada ha explicado que fue él quien quiso quedar con ella y, una vez en casa, él le dijo si quería que le diera un masaje en la espalda. Ella aceptó con ropa, si bien luego él le quitó la camiseta, la intentó besar y la empezó a tocar. La víctima ha señalado que le dijo que no siguiera, pero él la subió en brazos a la planta de arriba, donde se puso encima y acabó forzándola.

"Él sabía mi edad porque conoce a mis amigas y somos iguales. Todas tenemos 14 o 15 años. Le pedí que me comprara la pastilla del día después y él me dijo que era muy bonito tener familia", ha recordado la menor. Según su versión, tardó diez días en denunciar los hechos porque le daba vergüenza contarlo y porque su madre no le dejaba traer a casa a nadie. "Quería olvidarlo todo", ha recalcado durante el juicio, que ha quedado visto para sentencia hoy al mediodía.