Un juzgado de Palma condenó ayer a un joven a un año y tres meses de prisión por colarse en casa de su expareja cuando esta dormía en su habitación y propinarle una paliza el pasado mes de noviembre en la ciudad.

El muchacho, que hasta el día de ayer permaneció en prisión provisional, confesó los hechos. Se declaró responsable de un delito de lesiones en el ámbito familiar y otro de allanamiento de morada. El sospechoso aceptó las penas de nueve meses de cárcel y otros seis meses, además de la privación del derecho a tener o portar armas durante tres años y de dos prohibiciones de aproximarse y comunicarse con la víctima por un periodo de un año y nueve meses y un año y medio, respectivamente.

En concepto de responsabilidad civil, el maltratador deberá indemnizar a su excompañera sentimental con 400 euros por las lesiones que le causó. Tras admitir los cargos, la magistrada dictó sentencia 'in voce' ayer al mediodía. La condena se le ha suspendido por un plazo de tres años en los que no podrá volver a delinquir y con la condición de que pague la indemnización a la perjudicada y que participe en un programa formativo de igualdad de trato y no discriminación.

Tras ser condenado, su abogado defensor solicitó su puesta en libertad. La fiscal y el letrado de la acusación particular no se opusieron, por lo que la juez acordó que quedara libre.

Los hechos ocurrieron sobre las nueve y media de la mañana del pasado 26 de noviembre de 2017 cuando el joven acusado acudió al domicilio de su expareja en Palma y se introdujo dentro del piso gracias a una llave que aún tenía y de la que hacía uso cada vez que quería, pese a la oposición de la víctima.

Una vez en el interior de la vivienda, el sospechoso se dirigió a la habitación donde todavía dormía la perjudicada. La despertó y le pidió explicaciones acerca de con quién había estado la noche anterior. Acto seguido, empezó a propinarle puñetazos por la cabeza y el rostro. La víctima consiguió huir hasta el salón de la casa, pero el agresor fue tras ella y siguió agrediéndola en presencia de las hijas menores. Incluso, la persiguió por la vía pública.

Como consecuencia de los golpes, la joven sufrió varios hematomas en la boca y antebrazo, contusión nasal, así como otras lesiones en brazos y antebrazos y en el cuero cabelludo. Precisó asistencia médica y tardó diez días en curar de las heridas.

Al día siguiente de la agresión, un juzgado de violencia sobre la mujer de Palma dictó una orden de protección en favor de la mujer maltratada.