El cadáver del hombre de 45 años hallado el sábado en la casa donde vivía como okupa en Cala Rajada (Capdepera) no presentaba signos evidentes de violencia. El médico forense y los agentes de la Guardia Civil que examinaron el cuerpo no hallaron indicios de criminalidad, aunque estaban a la espera de los resultados de la autopsia para confirmar las causas del fallecimiento, que se produjo hace aproximadamente un mes. La víctima, hallada por un amigo en avanzado estado de descomposición, estaba tumbada en una cama y en la estancia había algunos restos de sangre, explicaron fuentes policiales.