Tras el vendaval de los últimos días, las copiosas nevadas que se registraron ayer en Mallorca obligaron a cortar dos carreteras al tráfico. A medida que avanzó la jornada se pudo restablecer la circulación.

En concreto, la MA-10 permaneció cerrada al tráfico desde el Coll de sa Batalla, en el kilómetro 20,5, hasta el mirador de ses Barques, en el kilómetro 44,5, a causa de la nieve. También se cortó la circulación en la MA-2130 cortado la Ma-2130, que une Inca con el Monasterio de Lluc debido a meteorología adversa entre los kilómetros 1,45 y 14,99.

Una de las localidades que sufrió mayores estragos fue Cala Bona, en el término municipal de Son Servera. Entre las siete y diez y las siete y media de la mañana se registró una tromba de granizo.

Durante los momentos en los que cayó el granizo con mayor contundencia, salir a la calle se convirtió en una auténtica temeridad. La carretera des Comella Fondo, que une Cala Bona con Son Servera, estuvo intransitable durante unas horas.

La zona baja del pueblo donde se halla la estación presentaba una considerable capa de hielo, mientras que en Cala Bona, la granizada llegó a cubrir con un manto blanco la playa. Un toldo se hundió por el peso acumulado. Además de los desastres, las copiosas nevadas dejaron una imagen imponente en Sóller.