A la Policía Nacional le crecen los enanos. Después de las quejas de los sindicatos policiales ante la falta de patrullas nocturnas por Palma, los agentes sufren las consecuencias de un parque automovilístico obsoleto. El Grupo de Conducciones no dispone de vehículos suficientes para llevar a cabo los traslados de detenidos y presos. Este problema se remonta a meses atrás, pero ahora aún se agrava más con una nueva avería. Se trata del furgón policial que transporta a los arrestados y reclusos y que provocaba leves intoxicaciones a los pasajeros de la zona delantera, es decir, a los agentes, por un problema de ventilación. El vehículo acabó en el taller para ser reparado.
Un robo con saldo negativo
Unos delincuentes han batido esta semana el récord de la torpeza. El miércoles de madrugada entraron encapuchados en un estanco de Alaró tras forzar la puerta. Enseguida sonó una alarma que despertó a los dueños del negocio, que viven justo encima. Los ladrones huyeron enseguida y solo les dio tiempo a coger un cartón de tabaco. Un botín ridículo que para más inri se les cayó por el camino junto a una linterna con la que cometieron el robo. El golpe que habían planeado acabó siendo catastrófico: perdieron dinero.
Fuga de gasoil en la Audiencia
El pasado miércoles una parte del patio de la Audiencia de Palma fue precintada. La zona desprendía un fuerte olor a combustible y los operarios de mantenimiento se vieron obligados a cubrir el suelo con arena. La incidencia se debió a una fuga de gasoil. El depósito del palacio de justicia se llenó demasiado y hubo un pequeño vertido por la mañana. Horas después, al mediodía, se solucionó el problema.
El suicida precavido
Esta semana se inició con la intoxicación de tres policías nacionales por una nube química que provocó un suicida en Palma. El hombre fue sumamente cauteloso y precavido y demostró que no quería poner en riesgo a nadie más que a él. El fallecido dejó la llave de casa puesta por fuera de la puerta para facilitar el acceso y, nada más entrar en el domicilio, los agentes se toparon con un letrero que alertaba de una nube tóxica de cianuro y que llamaran al 112. Los investigadores hallaron más productos en la vivienda, pero comprobaron que solo se había utilizado la medida justa para no provocar daños a otras personas y vecinos. Pese a ello, los bomberos y policías trabajaron durante horas para limpiar la zona. El 112 luego se encargó de la retirada y traslado de los productos tóxicos.
Llorar en brazos de su abogada
En ocasiones un abogado puede llegar a hacer de padre o madre con sus consejos. Esta semana un joven detenido acabó abrazado a su letrada de oficio sin poder contener el llanto. La Policía Local de Palma le arrestó junto a otros tres muchachos, dos de ellos menores, por una brutal agresión a tres vigilantes en La Rambla. Uno de sus amigos, mayor de edad, ingresó en la cárcel por orden judicial acusado de un delito de lesiones graves. Él tuvo más suerte y quedó en libertad. Una vez salió del calabozo, el chico de rostro aniñado se sentó en un banco en el juzgado de guardia y abrazó a su abogada de oficio rompiendo a llorar. La escena fue conmovedora.
