Cinco reclusos del centro penintenciario de Palma declararon ayer como testigos ante el juez en el caso de un interno que denunció el pasado verano torturas por parte de varios funcionarios en aislamiento y confirmaron que su compañero fue agredido. Los cinco presos que estaban en el módulo de aislamiento en esas fechas explicaron que el denunciante fue golpeado por los empleados. Además, señalaron que no es un hecho aislado. La prisión alegó que el interno se resistió y es muy conflictivo.