La Audiencia de Palma ha iniciado hoy el juicio contra un acusado de robar y pegar fuego a dos apartamentos en El Toro, en Calvià, en noviembre de 2014. El fiscal reclama una condena de 18 años y medio de prisión por presuntamente causar un voraz incendio con riesgo para las personas en el que fue necesario desalojar tres plantas del edificio. Unos 50 vecinos fueron evacuados entre gritos de auxilio y cinco agentes, cuatro guardias civiles y un policía local de Calvià, resultaron intoxicados.

El sospechoso, que permanece encarcelado desde mayo de 2015, era un vecino de la finca siniestrada. Vivía en la novena planta, donde se originaron las llamas. El hombre ha negado hoy los cargos ante el tribunal de la sección primera. Ha rechazado ser el autor del fuego y haber sustraído varios objetos en los pisos quemados. El acusado ha manifestado que mantenía una buena relación con sus vecinos y que una vez preguntó a los residentes si le habían dado de comer a su perro, al encontrar restos de alimentos en su terraza.

"Lo único que hice fue acceder a la terraza de mi vecina para avisarla porque pensaba que ella estaba dentro", ha destacado en la vista oral. Según su versión, era de noche y estaba en su casa cuando se percató de que se había declarado un fuego en el apartamento de al lado, de una señora mayor inglesa. Al haber escuchado ruidos minutos antes, creía que la vecina estaba dentro. Primero, pensó que se trataba de un pequeño accidente doméstico. Además, su perro estaba visiblemente nervioso. El acusado gritó el nombre de la mujer y, al no obtener respuesta y ver que había mucho humo, saltó hacia su terraza. Nadie le contestó. Por ello, cruzó a otra terraza y finalmente llegó a un tercer apartamento, donde pidió ayuda a gritos. Como nadie respondía, dio vuelta atrás hacia su vivienda y trató de llamar por teléfono a los bomberos y la policía, pero el aparato se le bloqueó.

Luego, cogió un extintor y trató de golpear la cerradura de la puerta de su vecina para rescatarla pensando que ella estaba dentro, pero en esos momentos llegó un agente y le explicó que creía que una mujer estaba en el interior del apartamento, según ha relatado.

Al día siguiente, el hombre cruzó otra vez a casa de su vecina para comprobar si había daños estructurales en la terraza. En un tejadillo encontró un microondas y otros efectos viejos. Según ha asegurado, cogió esos artículos para devolvérselos a la dueña del piso. "Jamás he robado nada en la vida. Para qué voy a robar un destornillador", ha indicado.

"Yo no sé forzar puertas ni casas, no tengo antecedentes por robo, tengo un buen trabajo, gano dinero, no necesito robar", ha recalcado el hombre, de 37 años. "Cogí el destornillador y los otros objetos como un favor para devolvérselos a la dueña", ha añadido.

El juicio está previsto que dure buena parte de esta semana en la Audiencia de Palma.