Un guardia civil acusado de encubrimiento y omisión del deber de perseguir delitos por funcionario público admitió ayer en el juicio en la Audiencia de Palma que arrojó por el retrete 48 pastillas incautadas en las inmediaciones de Cala Rajada (Capdepera). El agente reconoció ante el tribunal de la sección primera que cometió un error y pidió perdón. "Nunca quise ayudar ni favorecer a nadie. No quise encubrir ningún delito ni a ninguna persona. No pude reconocer a nadie", aseguró ante la sala. El fiscal solicitó para él una pena de dos años de prisión y otros dos de inhabilitación. Su abogado defensor, Vicente Campaner, pidió la libre absolución al considerar que los hechos son atípicos, si bien admitió que la actuación no fue diligente ni profesional.

Por su parte, dos jóvenes que llevaban una bolsa con los 48 comprimidos en un coche y que la arrojaron por la ventana al ver el vehículo de la Guardia Civil manifestaron que acababan de comprar las pastillas a un magrebí en Alcúdia y que eran para su propio consumo. Ambos están acusados de un delito contra la salud pública por el que el ministerio público reclamó sendas penas de cuatro años de cárcel. El letrado de la defensa, Gaspar Oliver, interesó su absolución al argumentar que no se sabe si las pastillas eran droga, ya que ni siquiera se les aplicó el reactivo y los dos sospechosos tampoco llegaron a probarlas. Además, la cantidad que llevaban era mínima y era para su propio consumo, según alegó.

Estos dos acusados indicaron que al ver un coche de la Guardia Civil en un camino cercano a Cala Rajada, en plena noche el pasado 5 de junio de 2014, arrojaron la bolsa con pastillas al exterior. "No las probé, supongo que eran éxtasis", apuntó uno de ellos. Los agentes no les siguieron, ya que no se percataron de su acción.

Minutos después, cuando arrancaron el coche patrulla y avanzaron por el camino, descubrieron casualmente la bolsa. Entonces, la llevaron al cuartel de Artà, donde se hizo el recuento. Dos testigos, guardias civiles, ratificaron que firmaron la diligencia de exposición de hechos que realizó el acusado, si bien el agente imputado ayer detalló que se olvidó de reseñarlo porque "era tarde y estaba cansado". El acusado explicó que guardó las 48 pastillas intervenidas en su taquilla e inició una investigación propia. "A los 15 días, al ver que eso no iba a llegar a ningún lado, las tiré al váter. Me obcequé con el asunto. Cometí ese error. Quería que se me valorara y me dieran una medalla", aseguró. El agente dijo que no vio que arrojaran la bolsa desde el coche. Fue suspendido tres meses fuera del cuerpo. "Jamás había sido sancionado disciplinariamente".