El propietario de una agencia de viajes de Palma admitió ayer haberse quedado más de 247.000 euros de la venta de billetes que debía abonar a las compañías aéreas. Según alegó, no pudo hacer frente al pago "por la crisis del sector" y las deudas que numerosos clientes habían contraído con él.

El acusado, que al igual que su padre se enfrenta a una petición de la fiscalía de tres años de cárcel por apropiación indebida, desvinculó a su progenitor, fundador de la empresa y ya jubilado, de los hechos y de la gestión del negocio. Según dijo, no tuvo ninguna responsabilidad en estos impagos, que admitió sin ambages.

Así, reconoció que durante los meses de diciembre de 2012 y enero de 2013 no pagó los 247.000 euros a las aerolíneas correspondientes a los billetes vendidos en ese periodo. Según explicó, habló con tres compañías para aplazar el pago, pero ninguna quiso negociar. El hombre negó haber actuado con mala fe: "No he cogido el dinero y me he ido", sentenció.