El jefe del Grupo de Homicidios de la Guardia Civil confirmó ayer en el juicio con jurado popular que Axel H. limpió y pintó el dormitorio en el que se produjo el crimen, pero aun así los investigadores localizaron restos de sangre de la víctima, Gisela von Stein, en el cabecero de la cama, la pared y en un cuadro gracias a la luz forense. "Había limpiado con lejía, amoniaco y también pintó con pintura plástica", apuntó el instructor. El testigo destacó que el acusado ocultó el cadáver en una pequeña cueva en el jardín. Se trataba de una oquedad de un metro y medio de profundidad, debajo de una roca, que había sido excavada previamente. "Había sacado tierra de allí. El agujero ya estaba hecho y excavó un poco más y metió el cuerpo", añadió. El investigador recordó que Axel les indicó el lugar concreto donde enterró el cadáver, una zona escarpada. Antes de ser detenido, el hombre trató de ocultarse detrás de los cubos de basura de la calle.