Un hombre ha sido juzgado esta semana en Palma por la muerte de una mujer de 31 años cuando ambos practicaban submarinismo en El Toro, en Calvià. La víctima falleció al no realizar adecuadamente las paradas de descompresión para salir a la superficie desde al menos 30 metros de profundidad. La familia de la mujer considera que el hombre, acusado de una falta de homicidio imprudente, tenía mucha más experiencia y no le indicó cómo debía subir. Por ello reclaman que pague una multa de 720 euros y que les indemnice con 150.000 euros.

Los hechos ocurrieron el 30 de agosto de 2010, cuando los dos submarinistas buceaban en la zona de El Toro. Cuando ambos se encontraban a al menos 30 metros de profundidad, la mujer se sintió indispuesta y quiso regresar a la superficie. Lo hizo sin hacer las paradas de seguridad necesarias para realizar la descompresión y falleció.

Según la versión de los denunciantes, el hombre acumulaba muchísima más experiencia -unas 2.000 inmersiones frente a la decena de la víctima- y debía haber velado por su seguridad. Sin embargo, el letrado de los familiares de la mujer, Miquel Àngel Cardell, sostiene que cuando se sintió indispuesta le activó el dispositivo para que subiera inmediatamente a flote.

Un especialista del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) declaró ayer durante el juicio que la víctima no llevaba el equipamiento necesario y calificó la inmersión como "una temeridad" porque la víctima no tenía las tablas sobre cómo debe efectuarse la subida. Además, aseguró que algunos indicios apuntan a que bajaron hasta a 60 metros de profundidad, y no 30 como sostiene el denunciado. Según el agente, el hombre relató que cuando la mujer le indicó que tenía problemas, le insufló aire y activó el sistema que permite realizar la subida de forma rápida, sin acompañarla para realizar las paradas de descompresión y dejándola a su suerte.