El hombre arrestado el pasado miércoles por retener y violar a su expareja, a la que supuestamente ató con cuerdas, en su domicilio de Pòrtol ingresó ayer al mediodía en prisión por orden judicial por un delito de agresión sexual y otro de detención ilegal. El sospechoso, de 42 años, que fue sorprendido por la Policía Local de Marratxí dentro de la vivienda sentado en una silla y con evidentes síntomas de haber consumido tranquilizantes, alegó ante el juez que mantuvo sexo consentido con la mujer. El imputado negó haber violado a la víctima y explicó que su intención era quitarse la vida y que ella lo presenciase.

Por su parte, la perjudicada confirmó que fue agredida sexualmente tras ser atada a unas estanterías de la casa y también apuntó que el sospechoso momentos antes había cogido un gran cuchillo de la cocina.

El presunto violador fue trasladado ayer por la mañana por la Guardia Civil desde el hospital de Son Espases donde permanecía ingresado hasta la sede de Vía Alemania, en Palma. Los investigadores del Instituto Armado no le pudieron interrogar el jueves en el hospital al no encontrarse en condiciones de prestar declaración. Los médicos le trataban del intento de suicidio que protagonizó mediante la ingesta de fármacos.

Ayer por la mañana, los facultativos informaron de que el paciente ya podía hacer manifestaciones sobre lo ocurrido. Por ello, fue puesto a disposición del juzgado de violencia sobre la mujer número 1 de Palma, en funciones de guardia. Tras negar haber violado a su excompañera sentimental e insistir en que su único objetivo era quitarse la vida y que la mujer lo viera, la fiscal Amparo González pidió que fuera encarcelado. El magistrado accedió a su solicitud y acordó la prisión provisional sin fianza para el hombre por los delitos de agresión sexual y detención ilegal.

La letrada defensora Raquel Crespo Ruiz del bufete Coca y Asociados pidió que se aplique el protocolo antisuicidio en el centro penitenciario y que su representado sea valorado psicológicamente para determinar qué tipo de trastorno mental padece.

Hasta el pasado miércoles, la pareja no había tenido ningún problema de violencia doméstica. Ambos confirmaron que nunca se vieron implicados en un episodio de malos tratos. También coincidieron en que mantenían contacto y una buena relación, pese a haberse separado.

Los hechos ocurrieron el miércoles entre las nueve y cuarto y las diez de la mañana en el domicilio donde reside la víctima, en Pòrtol. Según la versión de la mujer, ella abrió la puerta de casa pensando que se trataba de otra persona, ya que su expareja le había avisado a través de un mensaje a su teléfono móvil de que una persona le llevaría una pieza de automóvil. Al abrir, descubrió que era su excompañero.

Acto seguido, el hombre se metió en la cocina de la vivienda y cogió un cuchillo de grandes dimensiones. Luego, ató a la víctima con cuerdas a una estantería y supuestamente la violó. El presunto agresor indicó que el arma no era para amenazar a la mujer ni hacerle daño, sino para que ella la usara para liberarse de sus ataduras tras suicidarse. Además, dijo que la cuerda estaba holgada y así ella podía soltarse en cualquier momento. El arrestado negó de forma rotunda la violación. Alegó que ambos mantuvieron relaciones sexuales consentidas, ya que ella no se opuso. Y reiteró que su única intención era quitarse la vida y que ella lo contemplase.

La mujer destacó que fue agredida sexualmente y detalló que pudo escapar semidesnuda a la calle para pedir ayuda cuando él se tomó los tranquilizantes.