Los investigadores que vigilaban los pisos donde el clan del Seco vendía droga en la barriada de Verge de Lluc, en Palma, comprobaron que entre los compradores adquirían las sustancias estupefacientes había menores de edad. En la intervención, que ha permitido desmantelar uno de los grupos de narcotraficantes más activos de Palma, se incautaron de trece kilos de marihuana, 85 gramos de cocaína, siete de hachís y una pistola simulada. Además de los cuatro detenidos por tráfico de drogas -entre ellos una menor- la Policía arrestó a otras tres personas que se enfrentaron a ellos en la calle, en un intento de crear confusión para tratar de liberar a los narcos.

La operación, como adelantó DIARIO de MALLORCA, se desarrolló el pasado miércoles por la tarde en tres domicilios de la barriada Verge de Lluc. La Policía culminó una investigación iniciada en julio por agentes de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO) de la Policía Nacional. Entonces habían tenido conocimiento de que en varias viviendas de la zona se estaban vendiendo droga. Los agentes realizaron una serie de seguimientos y vigilancias que les permitieron confirmar que los domicilios registraban un gran trasiego de personas, que acudían a comprar droga. Entre ellos había un buen número de chicos menores de edad, que adquirían los estupefacientes y los consumían por los alrededores, como comprobó también la Policía Local de Marratxí.

Los investigadores confirmaron que las casas pertenecían al clan del Seco, una banda muy conocida en círculos policiales, que opera desde hace décadas en la barriada de la Soledad.

Finalmente, los agentes de la UDYCO, junto a dotaciones de la Brigada de Seguridad Ciudadana, irrumpieron el miércoles por la tarde en los domicilios de las calles Moreneta y Goya. En una de las casas encontraron 13,5 kilos de marihuana -con un valor aproximado en el mercado negro de 15.000 euros- y 84 gramos de cocaína -por valor de 4.500 euros-. En otra casa hallaron 1,5 gramos de cocaína, 23 cogollos de marihuana, 7,6 gramos de hachís y pastillas de tranquilizantes. La mayor parte de la droga estaba repartida en bolsas ya dispuestas para su venta a los consumidores.

En una de las casas los policías encontraron también una pistola, que resultó ser simulada.

En la operación fueron detenidas cuatro personas, entre ellas una joven menor de edad que presuntamente participaba en la venta de estupefacientes.

Durante la operación policial se arremolinaron en la zona una gran cantidad de personas, algunas de ellas vinculadas al clan de narcotraficantes. Estas personas fueron encrespando los ánimos y llegaron a enfrentarse a los agentes, en un intento de crear confusión presumiblemente para permitir que algunos de los detenidos se escapasen. Dos policías sufrieron lesiones leves durante estos enfrentamientos y tres de los agresores fueron detenidos por atentado.

Con esta operación la Policía considera desarticulada una de las bandas de narcotraficantes más activas de la ciudad, que en los últimos tiempos se habían asentado en la barriada. Los detenidos, todos ellos jóvenes, de una veintena de años, representan la nueva generación de un histórico clan de narcotraficantes.