Apasionada del aire, vive con las raíces en la misma tierra de sa Pobla que cultivan sus padres. "Hay que volar con los pies en el suelo", decía Isabel Gost, de 40 años, en una entrevista publicada en 2012 por la revista de Spanair, su compañía desde que entró en 1995 como planificadora de vuelos hasta el día del cierre. Después estuvo más de un año sin volar y fundó la guardería Confit a 200 metros de su casa, el casal de can Gaieta, un edificio con historia: durante años peleó con el Ayuntamiento para tratar de preservar su identidad y su historia. Ahora, esta piloto que formó parte de la primera promoción de mujeres de Son Bonet, ha buscado nuevos horizontes en los cielos de África, hasta donde se desplazó para empezar la ruta que ayer no completó. "Si la situación es mala habrá que trabajar más y ganar menos. No hay más salida. Tengo mis principios y educación, no puedo decir otra cosa", contaba la propia Gost en entrevista, en la que explicaba las exigencias del piloto: "Tienes que tener los cinco sentidos atentos, la sangre fría: debes tomar la decisión correcta en segundos y tener claras las prioridades". Ayer su experiencia y sus ganas de volar provocaron la desolación entre sus allegados.