El jurado popular declaró ayer al mediodía culpable de un delito de asesinato con alevosía a Mustapha M., el ciudadano marroquí acusado de matar de una puñalada en el abdomen a su expareja, Soledad Arnez, cuando esta se duchaba en el piso que ambos compartían en la calle Aragón de Palma el pasado 31 de marzo de 2013.

Después de deliberar durante la tarde y la noche del jueves, los nueve miembros del tribunal popular alcanzaron un veredicto que se hizo público ayer por la mañana en la Audiencia de Palma. El jurado concluyó que Mustapha, de 39 años, fue el responsable de la muerte de Soledad, boliviana de 34, con la que había iniciado una relación sentimental desde septiembre de 2012 y a la que asestó una cuchillada en el abdomen mientras se duchaba. Según indicó el portavoz del tribunal popular, el hombre fue consciente de sus actos y tenía intención de matar. Además, la víctima no pudo defenderse al ser atacada por sorpresa en la ducha, donde estaba sola y desprevenida, por lo que concurre la alevosía.

El jurado apreció las circunstancias atenuantes de trastorno leve y confesión y la agravante de parentesco. Según se desprende del veredicto, el sospechoso tenía sus facultades afectadas de forma leve y padecía un problema de alcoholismo. El tribunal valoró el testimonio de la doctora de cabecera de Mustapha y el de su primo, que confirmaron que era un bebedor. Pese a ello, los miembros del jurado descartaron de plano que el asesino tuviera su capacidad mental totalmente anulada, así como que sufriera un trastorno importante. Según recordaron los compañeros de piso del imputado y la víctima, el día del crimen lo vieron “normal”.

La fiscal ayer reclamó para el encausado una condena de 15 años de cárcel, un año menos que su petición inicial, y la misma indemnización: 325.000 euros para los tres hijos menores de la fallecida y su marido, quienes residen en Bolivia. Los letrados de la acusación particular y popular se adhirieron a la propuesta del ministerio público, mientras que la letrada de la defensa solicitó la pena mínima por los hechos.

Por su parte, los miembros del jurado no se mostraron partidarios a que se le conceda al sospechoso el beneficio del indulto.

El hombre, tras cometer el crimen en el piso de la calle Aragón de Palma, limpió el pasillo, el baño e incluso el cuerpo de la víctima, tras depositarlo en su propia cama y taparlo con mantas. También limpió el arma homicida, un gran cuchillo que dejó en la cocina y que luego fue intervenido por la Policía Nacional.

Después de asesinar a Soledad Arnez, que pasó la noche fuera del domicilio, Mustapha M. ingirió sosa cáustica y se dirigió en un taxi hasta la Jefatura Superior de Policía en Palma, donde se entregó y confesó el crimen. El acusado fue operado a vida o muerte. El caso quedó ayer visto para sentencia.