Los investigadores del Grupo de Homicidios de la Policía Judicial de la Guardia Civil proseguían ayer con la reconstrucción del crimen en Campos del joven Rafel Miralles, un vecino de Montuïri de 22 años, Las pesquisas se centraron en el entorno más cercano del agresor para tratar de determinar con exactitud la relación que mantenían uno y otro.

Al parecer, el detenido había mantenido completamente oculta a su esposa la relación que mantenía con el joven de Montuïri. La mujer los encontró al menos una vez juntos en el domicilio, pero no le dio mayor importancia.

Por este motivo, los investigadores del Instituto Armado realizaron un concienzudo interrogatorio de todos los vecinos del tercer piso del número 30 de la avenida de Nicolau Oliver Fullana de Campos. Hasta el punto de que decidieron llevárselos a todos al cuartel de la Guardia Civil para tomarles declaración de manera formal.

Los agentes encargados del caso también contaban con la confesión del presunto autor del crimen. No obstante, trataban de confirmar su versión con los testimonios de los vecinos situados en las proximidades de su domicilio. Así, los investigadores intentaron averiguar desde cuando tenían constancia de que existía una relación entre ambos.

Marcos comía habitualmente en un restaurante chino situado junto a su vivienda. Los propietarios del establecimiento no daban crédito a que Marcos F.P. pudiera haber sido detenido por un crimen. "Es una persona muy amable y simpática", apuntaron.

Mientras en Montuïri, residencia de la víctima, sus amigos íntimos le definían como una persona vitalista y alegre, con una pasión manifesta por el cine y por visitar los festivales más famosos.