El asesino confeso del joven Rafel Miralles Vich, de 22 años, aseguró que el pasado viernes le asestó puñaladas a la víctima "en un arrebato" movido por los celos. También se desdijo de su versión inicial y sostuvo que la víctima no le chantajeó, pero sí le amenazó con poner fin a la relación.

Marcos F.P., de 53 años, afirmó a los agentes de la Guardia Civil encargados de la investigación que obsequiaba con dinero y regalos al que supuestamente había sido su amante en los últimos meses. El pasado viernes, el presunto asesino se dirigió a Rafel y le dijo que ya no le podía pagar más dinero. Entonces Rafel le comunicó, según la versión del detenido, que se debían separar.

La discusión se inició en el descansillo del tercer piso del número 30 de la avenida Nicolau Oliver Fullana. El homicida, de profesión carnicero en un supermercado de Campos, reaccionó de forma airada ante el anuncio de ruptura.

Antes de que la víctima pudiera reaccionar, le rompió una botella en la cabeza. El fuerte impacto dejó a Rafel aturdido y lo arrastró hasta su domicilio, situado en el tercero D.

Mientras el joven Rafel Miralles Vich estaba medio desvanecido, Marcos se sirvió de su destreza con los cuchillos para acabar con la vida de la víctima. Le asestó varias cuchilladas en el tórax y otras en la espalda. Una de estas últimas fue mortal tras alcanzarle un pulmón. De acuerdo con la exploración de los forenses, esta puñalada fue la que acabó con su vida.

Los gritos procedentes del tercero D durante la mañana del viernes no pasaron en absoluto inadvertidos al resto del vecindario. Desde un primer momento, los vecinos se temieron que algo grave pudiera estar sucediendo en el interior del inmueble.

A continuación, los vecinos avisaron a los servicios de emergencias para que se personaran en el domicilio y averiguaran qué había pasado. Una dotación de Bombers de Mallorca, procedente del parque de Llucmajor, se desplazó hasta el domicilio.

La puerta blindada de acceso a la vivienda donde se cometió el crimen les impidió entrar. Por este motivo, los bomberos prefirieron recurrir a la escalera mecánica para acceder a la vivienda a través del balcón. También estuvieron presentes en ese momento agentes de la Policía Local de Campos.

Escalera hasta el balcón

En previsión de que algo violento pudiera haber ocurrido en el interior del domicilio, los policías locales subieron a la cesta y se encaramaron hasta lo alto. Al llegar a la altura del tercer piso, los agentes echaron pie a tierra hasta el interior del domicilio.

Tras entrar en la estancia, los agentes se toparon con el cuerpo inerte del joven Rafel Miralles. Un cuchillo lo tenía clavado hasta la empuñadura. El presunto asesino no andaba muy lejos. Marcos F.P., de 53 años, se mostraba sumamente tranquilo y no opuso la menor resistencia. Había pasado una media hora junto al cadáver.

Las asistencias sanitarias del Ib-salut se desplazaron hasta el domicilio para atender a la víctima. Los facultativos se disponían a realizar al joven maniobras de reanimación cardiopulmonar, pero se percataron de que ya había fallecido y certificaron su defunción.

Los agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil del cuartel de Manacor se hicieron finalmente cargo del caso. Los investigadores no tuvieron que forzar demasiado para arrancar un testimonio al presunto autor del crimen. Desde el primer momento, el sospechoso no tuvo el menor reparo en afirmar que él había sido él el autor de las cuchilladas.

De acuerdo con sus primeras palabras, Marcos indicó que Rafel le había extorsionado supuestamente con revelar a su esposa la relación que ambos mantenían desde hacía varios meses. Asimismo aludió a un dinero que le reclamaba.

Sin embargo, el asesino confeso matizó posteriormente sus palabras. Marcos afirmó que Rafel le reclamaba dinero, aunque admitió que se obnubiló cuando le anunció su intención de poner fin a la relación.