El viento y la lluvia provocaron ayer el desprendimiento de dos grandes pilones de la azotea de una finca en la calle Blanquerna, en Palma. El estruendo alarmó a muchos vecinos, aunque no hubo que lamentar daños personales. Los bomberos acordonaron la zona, revisaron la fachada y optaron por derribar otras dos grandes piezas que amenazaban con ceder y caer también a la calle.

Los hechos ocurrieron hacia las ocho de la mañana de ayer en el edificio situado en el número 31 de la calle Blanquerna. Al parecer, los cuatro pilones que adornaban la parte alta de la fachada estaban en mal estado de conservación. Dos de ellos se desprendieron y quedaron reducidos a cascotes. Una dotación de los Bombers de Palma y patrullas de la Policía Local acudieron de inmediato al lugar. Tras comprobar que los bloques de piedra no habían alcanzado a nadie, los bomberos revisaron los elementos exteriores de la finca y acabaron optando por derribar otros dos pilones que amenazaban con desprenderse.

El incidente se produjo a apenas 200 metros del lugar donde una mujer de 43 años resultó herida el pasado 20 de febrero al caerle encima parte de la cornisa de un edificio, en la calle Antoni Marquès. A lo largo de la jornada los bomberos atendieron otros incidentes menores causados por la lluvia y el viento.