La Audiencia de Palma juzgó ayer a un joven rumano por presuntamente captar a su novia en la ciudad cuando esta contaba 16 años, llevarla a Girona y obligarla a prostituirse en las inmediaciones de una carretera catalana en 2012. El sospechoso alegó ayer ante la sala que la adolescente ejerció la prostitución de forma voluntaria y, con el dinero que ella obtenía, colaboraba para pagar la casa en la que ambos residían. El imputado negó de forma tajante haberla obligado y haberle pegado con la finalidad de que fuera explotada sexualmente.

La víctima, también de origen rumano y que ya ha alcanzado la mayoría de edad, confirmó la versión de su compatriota, con el que sigue manteniendo una relación sentimental. La joven explicó que se marchó de su casa en Palma en mayo de 2012 de forma voluntaria para ir a Barcelona con su novio. Según detalló, se prostituyó porque ella quiso en la zona de Girona y, anteriormente, ya lo había hecho también en Palma, si bien su compañero "no lo sabía". La perjudicada, que en aquellas fechas era menor de edad, aseguró ante el tribunal de la sección segunda que ayudaba a su novio a pagar el alquiler de la casa y que nunca fue maltratada ni golpeada por él.

La víctima manifestó que cuando se fugó del domicilio familiar, situado en el barrio palmesano de Son Gotleu, la relación con sus padres era mala. "Me casaron cuando tenía 13 años. Mi padre me trajo de Rumanía, me presentó a un chico y me quedé con él. Tenía que vivir con él. Me juntaron por la conveniencia de mi padre. Luego, este hombre me abandonó y tuve que regresar a mi casa", destacó la joven.

El acusado ratificó estos hechos: "Ella me decía que se quería ir de casa. De pequeña, su padre la maltrataba. No la dejaba salir. La casaron con 13 años con un chico y ese chico la dejó. Por eso, yo le mandé dinero para que viniera a Barcelona. Pero nunca la obligué a prostituirse a ella ni a otras mujeres".

El padre de la menor denunció su desaparición y recalcó que no supo con quién se marchó. Un policía declaró que, poco después, localizaron a la adolescente, bajo el nombre de Delia, en Girona. El agente dijo que el acusado no tenía trabajo ni ningún tipo de ingreso, mientras que la chica ejercía la prostitución en una carretera. El fiscal reclamó ayer 14 años de cárcel para el imputado por trata de seres humanos y prostitución. La defensa pidió la absolución y, alternativamente, un año y dos meses de prisión o dos años por lucrarse de la actividad consentida de la menor.