­Un rescate con una importante cantidad de dinero o la restitución de su plantación de marihuana. Estas fueron las condiciones que plantearon los secuestradores de dos personas en Palma si querían volver vivo al cuñado cautivo. La Policía aprovechó el momento de la supuesta entrega para detener a uno de los integrantes de la banda y, días después, arrestaron a los cuatro restantes.

La denominada ´Operación Zama´ se inició el pasado 13 de marzo. Sobre la una de la tarde, la Policía tuvo constancia de que se había producido un secuestro en el barrio palmesano de Son Cladera.

Efectivos de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) de la Brigada de Seguridad Ciudadana se presentaron en dicha barriada. Previamente, la sala del 091 había recibido una llamada de una persona que alertaba de que unas personas se habían presentado en un coche para secuestrarle a él y a su cuñado. Portaban un cuchillo de grandes dimensiones.

El interlocutor informó a los agentes de que él había conseguido escapar del cautiverio, aunque su cuñado no lo había logrado. Se había quedado en manos de los captores.

A continuación, los agentes de la UPR informaron a los funcionarios del Grupo de Atracos del Cuerpo Nacional de Policía, encargados de investigar habitualmente este tipo de casos. Estos últimos montaron un dispositivo especial.

Transcurrido unos minutos, el requirente recibió una llamada de uno de los sujetos que supuestamente tenía secuestrado a su cuñado. De inmediato, el interlocutor le lanzó un ultimátum: si quería verle con vida debía seguir escrupulosamente sus instrucciones.

Entre las condiciones que le planteaba el sujeto al otro lado del teléfono se encontraba hacer frente al pago de una importante cantidad de dinero o devolverles la plantación de marihuana que supuestamente le habían sustraído.

En el lugar concertado donde se iba a hacer la entrega se personó un individuo. Agentes del Grupo de Atracos lo detuvieron por su presunta participación en el secuestro.

Contusiones en todo el cuerpo

Tras recabar numerosa información, los investigadores averiguaron el lugar donde supuestamente tenían recluida a la víctima. Los agentes entraron en el lugar donde había estado el secuestrado y detuvieron a los captores.

Previamente, el hombre había sido liberado. Presentaba numerosas contusiones tanto en la cara como en el resto del cuerpo. Los captores huyeron del lugar por unos pasadizos que ellos conocían ayudados por otras personas.

Finalmente, la Policía Nacional detuvo a los cinco presuntos implicados en el secuestro acusados de detención ilegal, lesiones y tráfico de drogas. Tras ser puestos a disposición judicial, el juez de guardia ordenó el ingreso en prisión incondicional de tres de los captores.