Una quema que parecía sofocada pero que se reavivó por el fuerte viento causó ayer de madrugada un incendio que arrasó aproximadamente media hectárea de abono, restos de poda y escombros, entre otro material, que estaban acumulados en "montañas de hasta 6 ó 7 metros de altura" en una finca rústica en es Pla Roig de Sant Miquel, en Eivissa. El aviso se recibió sobre las cinco de la madrugada a través del 112. Al lugar se desplazaron 11 bomberos en cinco vehículos, una decena de miembros del Ibanat con tres vehículos, personal de la dirección general de Emergencias y Protección Civil y agentes de la Policía Local de Sant Joan y la Guardia Civil. En las imágenes, las grandes llamas azuzadas por el viento durante la noche y dos bomberos durante los trabajos de extinción.